Pittacum
Bodega Pittacum
DO: Bierzo
Uvas: Mencía
Crianza: 6 meses de barrica
P.V.P.: 9,50 €
www.pittacum.com
Otros vinos de esta bodega:
Aurea
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...
Pote asturiano, con un joven Mencía del Bierzo
Les chocará que hable de un joven cuando tiene seis meses de barrica, pero es que hay robles y robles, pero sobre todo vinos y vinos.
En este caso la madera juega un papel suavizante, ligeros aromas balsámicos, tipo cedro, que enmarcan los afrutados de la poderosa Mencía, pero sobre todos esos tostados que aportan sabores a toffee, vainilla, cacao, algo que, cuando en boca se perciben estos peculiares tonos minerales tan propios del Bierzo, nos endulzan el vino y lo hacen incluso más joven, más floral.
Además cuando lo vean caer en copa, espeso, cubierto de capa, completamente morado y púrpura, verán que no tiene ni parecido con un crianza.
El Plato
Con este plato represento todas aquellas mutaciones de un tradicional guiso español, que en realidad consistía en poner una olla con agua al fuego, y meter dentro lo que hubiese.
De hecho en Asturias el pote es diferente en cada zona, desde los suaves y casi cremosos del oriente, donde priman las judías y la suavidad de la berza, hasta éste de la montaña occidental, Tineo, Allande, Grandas de Salime, o Cangas de Nancea, donde la brutalidad de los embutidos marca la diferencia, las verduras dan un toque amargo parecido al de los grelos y la patata es el remanso de paz para suavizar la boca.
Si están en Cantabria, será la Olla Podrida, en Galica el caldo, etc.
MARIDAJE
La idea me vino por afinidad regional, algo que detesto, pero que a veces funciona.
En la zona occidental, sobre todo en la montaña (si pueden visitar Muniellos, no se lo pierdan), había costumbre de hacer vino con uvas traídas del Bierzo (de ahí la absurda pretensión de plantar Mencía en Cangas de Narcea).
De hecho, en el restaurante de Pola de Allande en el que hicimos la foto, siguen elaborando vino de forma familiar, así que pasado el trance doméstico, como vi que algo había de bueno en la combinación, decidí pedir un bierzo, pero de los buenos y la combinación funcionó de maravilla.
La escasa presencia de crianza no se pierde con los terribles sabores del compango ya que el 90% de la personalidad del vino está en su fruta y, como tiene una enorme estructura de acidez, con la grasa funciona mejor aún que un blanco, eso sí, debe tomarse muy fresco, casi a 12ºC.
En esta zona, por proximidad con Galicia, ya se dejan enranciar las matanzas, así que, aunque sin llegar a los sabores de unto (rollo de grasa rancia con que se perfuman los caldos gallegos), ese toque rancio pide un vino recio, porque probé con un albariño y se lo comía.
La sidra sí aguanta, pero resulta más brillante este mencía.