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Gibalbín

 

Bodega Barbadillo
Origen: Tierra de Cádiz
Uvas: Tintilla de Rota, Tempranillo, Syrah, Merlot y Cabernet
Crianza: la bodega no lo indica
P.V.P.: 4 €
www.barbadillo.com

Otros vinos de esta bodega:
Blanco Castillo de San Diego y Semidulce Mestrante
Toda la gama imaginable de generosos

Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...

Marmitako, con un tinto andaluz

La bodega lo dice claro “Un vino de carácter andaluz que no pretende compararse con nadie”. La experiencia de marketing obtenida con su Castillo de San Diego (creo que es el blanco más vendido en España), les ha marcado el camino y han preparado un tinto sencillo, limpio, agradable a la boca, versátil y a un precio que le va a permitir estar presente en las cartas de todos los restaurantes andaluces.

El acierto del complejo coupage, hace que no destaque ninguna uva, aunque en nariz da un poco la Syrah, pero en boca, si está bien frío, aparece algo nuevo que quizás sea la Tintilla de Rota.

El plato:
Me imagino que algún que otro andaluz me estará llamando malaje por recomendar este vino gaditano con un plato vasco, pero realidad uso el nombre como genérico más conocido, porque si digo Calderada de Candás o Atún con papas en amarillo, pues nadie se entera, aunque siempre sea lo mismo, un caldero donde se cuecen unas patatas con aromatizantes y unos tacos de bonito.

Es un plato casi absurdo de fácil (ver receta en Marmitako), que gusta a todo el mundo, sano y hasta divertido de comer, ya que en verano, cuando llegan los mejores bonitos del Cantábrico, con una buena olla, por cuatro duros, cenan diez amigotes.


MARIDAJE
Ya adelanto en la descripción del vino, que éste ha de beberse casi frío, entorno a los 12º, porque la mayor gracia está en su alegría y, para que ésta salga, se necesita que la baja temperatura destaque la acidez, ya que a temperatura ambiente (sobre todo si el ambiente es el de Cádiz), el vino se muestra indiferente.
Tanto si lo hacemos en familia, como si es para comer en el jardín con la panda, saber que podemos repetir una y otra vez y abrir botellas sin piedad, el precio es más que razonable, siempre resulta un relajo, sobre todo si todo está tan bueno.
Probamos el guisote con el obligado albariño y no estaba mal, pero en realidad no se enlazaban, iban un poco cada cual por su lado.
El rosado fracasó estrepitosamente, pero este curioso vino gaditano, se portó de maravilla, es más, quizás fuera por la acidez del tomate y el pimiento de la salsa, pero sus rasgos afrutados se manifestaron más contundentes, como con mucho más cuerpo.
Después, indagando, comprobé que tanto en Asturias como en Guipúzcoa, es costumbre comer este guiso con vino tinto.
En Andalucía hay muchos guisos de este tipo, incluso con cazón, que yo creo que deben funcionar de maravilla con este vinito.
Escrito por el (actualizado: 13/09/2009)