Crema agria o nata ácida
En algunas recetas de esta web hablo de este producto, sin embargo nunca les he contado en qué consiste o como se puede preparar, aunque esta receta que les ofrezco no es realmente crema agria, sino nata acidulada y especiada, porque en realidad es una salsa fría que suelo preparar para acompañar las Patatas asadas, una debilidad.
En realidad la crema agria, sour cream (en inglés), saure sahne schmand (en alemán), panna acida (en italiano), etc., es una preparación bastante sofisticada, consistente en una nata fermentada mediante bacterias de ácido láctico. Es un proceso complejo y hacerlo en casa entraña riesgos, pero en España ya empieza a encontrarse en algunas grandes superficies.
Se usa en ensaladas, platos fríos, pescados a la plancha, por ejemplo salmón, pero sobre todo para aliñar las ya citadas Patatas asadas.
En algunos blogs se suele asociar al yogur, lo cual no es cierto, en cualquier caso yo no voy a recurrir a ese truco porque para eso ya están las recetas de Tzatziki y Tzatziki de rúcula.
En Francia, donde también es costumbre acompañar muchas carnes a la brasa con Patatas asadas, suelen hacer lo que llaman Crème fraîche a la ciboulette o simplemente Crème ciboulette, o sea, nata con cebollinos, aunque hay mil formas de prepararla, desde añadir un poco de vino blanco, queso fresco, o zumo de limón, hasta recetas Gran Chef, donde se manejan técnicas impensables en cocina doméstica.
Esta es un poco mezcla de todo. No lleva cebollino sencillamente porque no tenía, pero si piensan hacerla con cierta antelación, les aconsejo que lo usen porque dan un sabor mucho más delicado, fresco y vegetal que el ajo.
Una precaución a tener en cuenta a la hora de la compra es elegir bien la nata. Ahora se han puesto de moda algunas que se apellidan “para montar”, incluso “Textura espesa culinaria”. No sé qué potingues les meterán para comportarse de ese modo, lo que sí puedo decirles es que yo usé esta última, y me fue imposible montarla ni siquiera a consistencia de crema. Si ven alguna que diga simplemente “Crème fraîche”, escójanla sin dudar por esa es la que se comportará de forma más natural.
La receta
El único misterio que tiene montar una nata es sumergir el cazo de trabajo en otro con agua helada (con bastantes cubitos de hielo). A partir de ahí, simplemente con las varillas de la minipimer, se bate hasta que adquiera la textura deseada. En este caso no hace falta que monte del todo, debe quedar más bien cremosa (en la foto está demasiado líquida por el problema que ya les comenté).
Empezamos por picar muy finamente el ajo, la piel del limón y las hierbas (conviene quitar el germen del ajo porque, al comerlo crudo, puede repetir). Digo picar muy finamente porque en la batidora no vamos a montar aspas, sino varillas, de modo que no va triturar nada.
Montamos el tingladillo del cazo con hielo y el otro dentro con la nata, añadimos el zumo del limón, un poco de sal y el picadillo del ajo y las especias, y ya solo hay que darle a las varillas y esperar a que monte a la consistencia deseada.