Mojo verde de aguacate
¿Es esta salsa una blasfemia contra la ortodoxia culinaria canaria? Pues no, a pesar de que algunos puristas defiendan que la única forma de hacer un mojo verde sea con cilantro, ajo y vinagre, sin aceite ni pimiento. Pero ya saben lo que pienso del integrismo culinario, lo mismo que del nacionalismo, o sea, basura para mentes obtusas.
En realidad el aguacate se cultiva en Canarias desde el siglo XVI. El motivo era la escala obligada que tenían que hacer los mercantes entre el viejo y el nuevo mundo, Los buques paraban en las islas para hacer aguada y aprovisionarse frutas, verduras, y hasta de carne fresca, de ahí que haya un cerdo ibérico, el hoy llamado Cochino Negro Canario. De vuelta del Nuevo Mundo, las tripulaciones llegaban exhaustas y no podían seguir las más las 900 millas que faltaban para llegar a casa, así que paraban a abastecerse igualmente, de ahí que trajesen productos de su origen, como las piñas, las papas, el maíz, o … el aguacate.
Así esta fruta entró a formar parte de la dieta canaria hace quinientos años, mientras que en la península fue mi amigo Julián Díaz Robledo, quién se rompió los huesos por promocionarla en nuestra hostelería primero, luego en la vida doméstica. Recuerdo que, en el restaurante de madre, se sirvieron los primeros aguacates ya que Julián tenía la frutería a pocos metros, era buen cliente y sobre todo amigo, y era frecuente que, en el plato de aguacates rellenos de langostinos, la gente comía los marisco con salsa rosa y dejaban la fruta intacta. Cuando el camarero le preguntaba si no le había gustado, este, sorprendido, miraba perplejo aquella pulpa amarilla y preguntaba “¿Esto se come?”.
En cuanto al término mojo simplemente quiere decir salsa, incluso caldo, ya que solo indica que se puede mojar pan. Es como el mole en México, que no ha de ser forzosamente el poblano, si no que hay miles, como el de aguacate, el guacamole.
Así que ¿Dónde esta la ofensa a la cocina canaria si hacemos un mojo verde de aguacate? De hecho, el Internet hay muchas referencias de este mojo.
Elaboración
El modo tradicional exige del uso del mortero canario, muy parecido al molcajete mexicano, labrado en piedra volcánica. Obviamente queda muy bien, pero es un trabajo agotador, mientras que si lo metemos en la batidora, a baja velocidad para que no se haga crema, pues resulta perfecto. Así pues, al vaso con todos los ingredientes. Conviene picar un poco el ajo, el pimiento y la pimienta picona o guindilla. Ya he dicho que esta es solo si amamos el picante, porque el mojo verde no tiene porqué ser picón. Dos golpes de máquina y listo. Tapado con papel film, puede durar varios días y se usa para mojar sus divinas papas negras, pero también para acompañar pescados a la plancha, como asados de cerdo y pollo.