Tarta de queso del Cebreiro con fresas salvajes
Publicado en gallego en el libro A Cociña do Veran, de la colección Cociña Galega das Estacións, año 1995 y en castellano en 1997 en colección de bolsillo de Alianza editorial.
INGREDIENTES (4 personas)
200 grs de pasta quebarada
100grs de mantequilla
150 grs de azucar glas
25 grs de harina
3 huevos
1/2 Kg de queso fresco do Cebreiro
250 grs de amorodos
150 grs de azucar de caña
Ya se que es casi imposible encontrar fresitas salvajes en nuestros mercados, y que muy pocas personas tienen tiempo o medios para ir a recogerlos al campo, sin embargo no por ello hay que renunciar a tan deliciosa fruta, si acaso en algunoas fruterías selectas venden fresitas cultivadas, son menos perfumadas pero al menos no son como esos fresones sintéticos con aspecto de corazón de ternera.
En cuanto a la tarta de queso do Cebreiro ya di una receta en el libro de otoño, pero no tiene nada que ver porque en aquella ocasión se presentaba en fresco y ahora va cocido, como un souflé y es tan exquisita que con cualquier fruta resulta deliciosa, incluso sola.
La receta. Puesta en marcha
1. Empezamos por extender la masa con el rodillo (ver receta en Tatin de pexegos), con ella forramos el fondo del molde recubriendo los laterales solo un par de centimetros, se pincha bien el fondo con un tenedor, se ponen unos cuantos garbanzos para impedir que suba y se hornea durante unos diez o quince minutos a 200ºC, hasta que empiece a dorarse, luego se saca y se deja enfriar pero sin desmoldar.
2. En un bol mezclamos bien la mantequilla con el azucar, luego añadimos los huevos y después la harina, se amasa bien y se añade el queso que previamente habremos desmenuzado muy fino. Esta masa se debe trabajar con un agitador de varillas para que quede bien aireda y homogenea. A mi me gusta perfumarla con el zumo y la ralladura de un limón, pero eso ya va en gustos.
3. Con esta masa rellenamos el molde y metemos a horno suave (150ºC) durante una hora u hora y media, hasta que veamos que está completamente dorada, luego se abre la puerta del horno y se deja enfriar muy despacio para que no se hunda.
4. En un cazo ponemos el azucar de caña con el zumo de un limón y dos cucharadas de agua, cuando se llene de burbujas vertemos las fresitas bien lavadas y removemos hasta que queden bien cubiertas de almibar, dejamos templar un poco y con esta jalea cubrimos la superficie de la tarta.
Terminación del plato
Se me olvidó decir que antes de poner la jalea de fresas había que desmoldar la tarta, es importante que la base de queso esté bien fría para que no se hunda con la humedad del almibar y su propio peso que aunque parezca despreciable, ronda casi el medio kilo.
Guarniciones
Esta tarta se puede acompañar de un culis o de una espuma fría de alguna fruta pero siempre y cuando respete el sabor de las fresas, por ejemplo yo recomendaría usar piescos o albaricoques aunque también puede resultar muy agradable si se prepara esa espuma con algún vino dulce, como por ejemplo un Oporto o un Madeira.
De todas formas no necesita nada para estar deliciosa, yo diría que ni siquiera las fresas.
Vinos recomendados
Si vamos a poner esa mousse de Oporto o de Madeira el vino de acompañamiento ya está implícito, de lo contrario yo de todas formas me inclinaría por el Madeira.
Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.