Tarta de filloas con frutas secas
En el libro A Cociña do Inverno les describía una receta de tarta de filloas con sus respectivas variantes y quizás alguien piense que estoy explotando demasiado el filón de las tartas de filloas, sin embargo yo creo que aun me quedo corto porque estos son quizás los postres más originales de que disponemos en Galicia y cuyo repertorio apenas ha sido explotado porque sobre esa exquisita base se podría escribir todo un recetario completo de repostería.
Además para los que ya hayan probado aquella tarta de filloas a la nata de mandarinas con virutas de chocolate, seguro que les quedan ganas de probar otro postre similar, aunque les aseguro que este no tiene absolutamente nada que ver, excepto las filloas, claro.
Puesta en marcha:
En el libro A Cociña do Inverno doy varias formas de preparar las filloas de las que se puede elegir la que más guste y en el de la Cocina do Outono (p 246) explico minuciosamente la receta más tradicional, así que damos por sentado que ya somos expertos en la materia.
Empezamos pués preparando el relleno de la tarta; por un lado preparamos la pasta de frutos secos poniendo en un cazo las almendras y las avellanas cortadas en lonchas gruesas, añadimos el zumo de una naranja, las ralladuras de otra naranja y de un limón, dos cucharadas de miel de montaña (brezo) y llevamos a ebullición durante cinco minutos.
En otro cazo preparamos la compota de frutas secas poniendo las ciruelas cortadas en tiras, las pasas, los orejones de albaricoque y los higos también partidos, cubrimos todo de brandy y ponemos a cocer lentamente hasta que el alcohol se evapore y la compota quede algo cremosa, esta compota no debe llegar a enfriarse porque se espesa rápidamente.
En la bandeja de horno previamente engrasada de mantequilla, se pone una filloa y se unta con pasta de frutos secos, encima se pone otra filloa y otra fina capa de compota, así se van alternando capas procurando que sean siempre lo más finas posible hasta llegar a una altura de tres dedos, enconces se cubre de confitura de albaricoque pasada por la batidora con un poco de brandy y se mete al horno muy fuerte durante unos diez minutos, luego se saca y se deja reposar otros diez minutos para poder servirla aun caliente pero consolidada.
Terminación del plato:
Esta tarta se puede adornar en la superfice con almendras, virutas de corteza de naranja, hojas de menta fresca o de hierbaluisa, en fin cualquier adorno de los que solemos recomendar con otros postres ya que su sabor es bastante complejo, potente y no muy natural que digamos ya que todos los ingredientes que intervienen han perdido sus aromas primarios muchos meses antes de que empezasemos a hacer la tarta, sin embargo y curiosamente, lo que no admite ni de adorno es el chocolate o la nata, al menos eso me parece a mi.
Vinos recomendados:
La potencia de este postre exige un buen vino de Pedro Ximenez, aunque también combina muy bien una infusión de menta seca, ya sea caliente o fría y si en la comida han tomado cava, con este postre combina muy bien aunque yo no recomiendo tomar esta bebida después de las comidas porque puede sentar mal al estómago.
Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.