Ensalada César con pollo
Esta debe ser, junto a la Ensaladilla Rusa, una de las ensaladas que más variaciones apócrifas ha sufrido en su historia, hasta yo creé una llamada Ensalada César de Onís, muy rica, por cierto.
En esta ocasión tenía que hacer una foto, y, como no iba a tirarla, pues me la comí, y me encantó, así que esta es mi receta sui generis de lo que podría ser una Ensalada César con pollo (la auténtica, la que inventaron los hermanos Cardini, no llevaba ni pollo, ni apio, ni endivias, ni champiñones, ni queso Gamoneu, así que esta cambia un poco porque no lleva ni anchoas, ni huevo, ni salsa Perrins, ni lechuga, ni limón, ni naaaa).
La receta
Para rizar más el rizo, se me ocurrió preparar la pechuga de pollo en salsa Teriyaki, y la verdad es que hacía un contraste formidable, así que aquí va tal y como la ven en la foto.
Fileteamos una pechuga de pollo en lonchas gruesas, como de un centímetro, y las pasamos por la sartén con un chorro de salsa Teriyaki. No hace falta meterle mucha caña porque se busca que la salsa se evapore y barnice la carne, así que no debe arrebatarse. Cuando se vea con un bello color pardo, se aparta la sartén del fuego y se reserva.
Cortamos las ramas de apio en rodajas finas y volcamos en un bol grande para revolver todos los ingredientes.
Cortamos el pan en dados y lo freímos en aceite no muy caliente porque se quema en un suspiro. Se retiran los curruscos y se restriegan con un poco con ajo crudo. Se reservan en un plato para el montaje.
Lavamos bien los champiñones en agua acidulada de zumo de limón, los cortamos en láminas, los volvemos a pasar por el agua para que no se ennegrezcan, y al bol.
Lavamos y partimos finas las endivias, y al bol.
Removemos bien las hortalizas y las repartimos por los platos de servicio.
Cortamos los filetes de pollo en lonchitas y colocamos por encima, terminando el montaje con los costrones de pan frito.
Para salsa, que he bautizado patrióticamente como Vinagreta de Gamoneu , basta con aplastar un poco el queso y luego disolverlo en un plato sopero con un poco de aceite de maíz y vinagre de sidra. Al momento de servir, se rocía por encima y listo.
El gluten de esta receta está solo en los curruscos de pan frito, por lo que si usan pan sin gluten, la receta será apta para celiacos. De hecho, los panes para celiacos quedan muy ricos con el ajo y fritos, porque pierden ese sabor dulce que suelen ponerles.