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La Dieta de la cuchara

Marmitako de bonito
 
Marmitako de bonito

Escrito en 2006. Reajustado e ilustrado en octubre 2011.

De los muchos conflictos psicológicos que implica una dieta, dos son para mi los mas terribles: el coñazo de tener que preparar esos menús con que nos tortura el nutriólogo y el soñar con humeantes y deliciosos guisotes de cuchara con que el diablo nos tienta cada vez que nos enfrentamos a un aburrido filetillo de pavo a la plancha.

Bueno, pues he aquí que ambos han quedado solucionados con esta forma de comer que me permito en bautizar como: La Dieta de la Cuchara ( las recetas están en Recetas para Dieta).

No se trata de esos planes mágicos que nos adelgazan siete kilos en una semana, no, esta es una forma de comer sana, a la antigua, con un perfecto equilibrio de nutrientes, hasta el punto de que la desarrollé contando con mi incipiente problema de diabetes, condicionante mas que serio a la hora de diseñar un régimen alimenticio ya que impide cualquier tipo de dieta relámpago, como las famosas hiperprotéicas que tantos disgustos han dado, incluso a usuarios sanos.Pipirrana

En realidad se trata mas bien de una forma de ordenar los hábitos alimentarios desde las necesidades domésticas de la vida occidental, que una dieta propiamente dicha, lo que sucede es que, al comprobar que en un par de meses perdí 15 kilos y regularicé todos los parámetros analíticos de mi metabolismo (glucosa, colesterol, triglicéridos, transaminasas, etc.), pues me pareció que el invento no era del todo malo y, para mas confirmación, mi ex mujer que, a pesar de lucir un buen cuerpo, como todas las mujeres quiere estar algo mas delgada, pues también perdió 5kilos, lo que según ella era un éxito tan rotundo que me pidió que hiciese público mi trabajo.

Se podría afirmar que cualquier persona, mas o menos sana, si prescindiese de los productos manufacturados, precocinados, dulces, pizzas, embutidos, etc., comiendo solo a partir de materias primas cocinadas por ella misma, reduciría automáticamente su peso hasta unos límites mas que razonables, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? si no recurres a los prefabricados ¿qué comes: lechuga y filetito de pollo? Muy estoico hay que ser para soportar las tentaciones de escaparates y anuncios publicitarios y un patinazo en las golosinas, sandwiches, pizzas, etc. suponen un descalabro alimentario capaz de arruinar una semana de lucha (una insípida pizza congelada tiene entorno a las 1.000Kcal).

Estos son los verdaderos verdugos de nuestra salud, las porquerías prefabricadas, los Fast-foods, incluso aquellos que lleva etiquetas de Ligth, Bio, etc.

Piensen que, comiendo con la Dieta de la Cuchara, hasta una persona con problemas de colesterol se puede dar un homenaje a base de cocido, pote o fabada, porque un simple tentenpié de esos que vienen en papel celofan, bollycaos, croissants, etc., tiene mas LDL que un platazo de cocido, con chorizo y todo. Lo que no podremos es apretarnos un bocadillo de chorizo frito, claro, porque supone del orden de 700/1.000 Kcal y mas de 200mg de colesterol. Pero aún así, fíjense, siempre será mas sano que ese bollito cubierto de chocolate y elaborado con grasas animales, veneno en estado puro, que, para mas culpa, encima tiene del orden de las 500kcal/100grs, o sea, tanto o mas que ese exuberante bocata.

El éxito de la Dieta de la Cuchara radica en que esta se ha concebido desde una planificación que facilite al ama, o amo, de casa, el poder comer de forma variada sin tener que pasar media vida en el súper y la otra media preparando engorrosos platos.

Con la Dieta de la Cuchara no mancharemos apenas la cocina porque no se usan planchas ni sartenes. Una tarde, por ejemplo el sábado, cocinamos un par de guisotes y el resto de la semana bastará con descongelar y comer sin manchar otra cosa que una cazuela.



1. Todos a dieta.Callos con garbanzos 

Como he dicho no se trata de ninguna dieta relámpago si no mas bien de una planificación alimentaria sana, divertida y viable, según la cual podremos regular nuestro organismo, lo que equivale a estabilizar nuestro peso de forma natural según sean las características de este.

Habrá personas que con 1,80m de estatura se estabilizarán en los 80Kg de peso, mientras que otros bajaran a los 70Kg y otros se quedarán en 90Kg, pero lo que sin duda estarán todos es satisfechos con el funcionamiento de su nuevo cuerpo, por eso decimos: “Todos a Dieta”, porque toda la familia agradecerá esta forma de vida sana, aquella que practicaban nuestros antepasados y que hoy los nutriólogos llaman Dieta mediterránea.

Es importante prepararse psicológicamente, por eso le dedico un capítulo a La Primera Compra.

Es como hacer las maletas para emprender un largo viaje.

Debemos planificar bien el primer ataque, luego ya daremos algunas batallas por perdidas o haremos excepciones, como ese día que el jefe nos ha invitado a su bodega a comer una paella, o esa merienda pirata con que nos regalamos para compensar un día en que todo salió mal, pero la primera semana debe ser un éxito que nos dé confianza. Calculemos bien para que no haya nada que nos pueda perturbar, ni el cumpleaños de Pepito, ni la despedida de soltero de Ramón, ni la cena a que nos tenían invitados hace meses los Martínez , ni el fin de semana en el pueblo de tía Elvira que teníamos comprometido para echarle una mano con la matanza.

Grosso modo, el plan consiste en hacer un buen desayuno con fruta, alguna tostada con mermelada natural (sin azúcar añadido), café con leche, yogur, etc. Esto supone cerca de 500 Kcal, pero es el momento en que el cuerpo mas aporte energético y rápido necesita.

La comida será un guiso de cuchara que se puede alegrar con alguna ensalada y de postre una fruta o infusión. Siempre se comió así y la gente vivía muy sana. Lo de tener que comer dos platos es una moda de los restaurantes de menú que se impusieron en las ciudades a mediados del siglo XX para quienes no podían ir a comer a sus casas y con esta oferta les atraían, aunque lo que daban solía ser bazofia. Con un buen plato de guisote y si acaso una ensalada de divertimento, vamos mas que listos y dispuestos para poder seguir activos.

La cena cambia, porque salta de sopas poderosas, a divertidas ensaladas, o complicadas tortillas.

Hay mas tiempo para poner una mesa simpática pero a cambio hay productos que dificultan el sueño (yo le doy mucha importancia al sueño porque es el modo mas eficaz de eliminar toxinas y recuperar el hígado, siempre y cuando ese sueño sea bueno y para eso el cuerpo debe estar libre de digestiones).

En función de la actividad de cada cual, esta dieta puede oscilar entre las 1.500Kcal y las 2.000 Kcal, sobre todo en función del pan que se coma en cada asalto, que para 1.500 Kcal, puede ser 3 tostadas integrales o panecillos en el desayuno, 2 rebanadas de pan fresco (mejor integral artesano) en comida y otras dos en la cena.

En el plan de menús sugerimos solo el plato principal. En función de los gustos, circunstancias particulares, etc., el resto de la mesa, cada cual lo debe completar a su aire. Por ejemplo:

- 1ª semana
      Lunes
      Comida: Caldereta de calamares.
      Cena: Tortilla paisana.

Sería muy agradable poner una buena ensalada de tomate para ir picando mientras se come la caldereta y terminar con una rodaja de melón. El plato principal aporta 350Kcal y estos complementos no suman ni 60, con lo que no hace falta comerse mucho el tarro porque la dieta estará muy por debajo de lo deseable.

En la cena la tortilla se puede complementar con cualquier sopa japonesa, muy revitalizante pero con escasas calorías y de postre una cuajada, lo que sumaría apenas 350Kcal.

Piensen en el festival gastronómico que se han dado ese día ¡sin apenas alcanzar las 1.300 Kcal!, lo que supone un régimen hipocalórico de máxima rigidez.

El siguiente día, martes, hay judías pintas con alcachofas y de cena sopa de merluza. Ese día la dieta es exquisita pero aun mas pobre en calorías, incluso en proteínas, por lo que podemos tomarnos de aperitivo unas gambas cocidas y por la noche, después de la sopa, un buen trozo de queso o hasta una potente ensalada, como las Endivias al Cabrales.

Como digo el plan de menús sirve para dos funciones: equilibrar la dieta (solo con lo indicado hay mas nutrientes de los un cuerpo normal necesita) y, sobre todo, evitar al ama de casa, o sea, a nosotros mismos, tener que ponerse a pensar sobre el temible enigma: “¿Qué demonios pongo hoy de comida?”

2. La primera compra, cocinar y congelar 

El lunes nos ponemos a dieta, pero también es día de trabajo y será difícil de encontrar un hueco para ir a la carnicería, frutería y pescadería, por eso, hoy, sábado, es cuando empezaremos realmente a trabajar este apasionante proyecto.
A continuación proponemos una ficha de compra que nos ayude a mantener nuestra despensa con todo lo imprescindible, pero también a no comprar productos “peligrosos”, es decir, aquellos que solemos comprar cuando no llevamos apuntado lo que necesitamos y recurrimos a lo que nos apetece y a lo que nos llama la atención, que siempre son preparaciones “prohibidas”, tanto en esta como en cualquier dieta alimenticia.

Con esta ficha se puede hacer un repaso a la cocina y apuntar, además de aquello que sabemos que vamos a cocinar puntualmente ese día, todo lo habitualmente necesario para comer sano y natural. Una buena compra es el primer paso para comer sano.

Además de mantener nuestra despensa bien surtida de productos naturales y de comprar aquellos que vamos a usar en la jornada de cocina, necesitamos algunos accesorios que faciliten nuestro trabajo, incluso cambien lo desagradable, como pelar vegetales, en algo divertido.

Recomiendo disponer de una olla express, dos o tres buenos cuchillos (no hacen falta mas, uno fino o jamonero, otro corto y otro grande y pesado, eso sí, deben de máxima calidad y estar siempre muy afilados, es la mejor garantía de seguridad para no cortarse), un pelador (los mejores son unos baratos de la casa Kuhn Rikon) y una mandolina o rallador multifunción.

Conviene adquirir envases plásticos de 20cm de largo X 10cm de ancho y 10cm de alto (me refiero para quienes tenemos nevera tipo comby, cuyos cajones tienen la medida estándar de 36X46X12, lo que permite almacenar cómodamente 14/16 paquetes por bandeja, ¡casi un centenar de raciones en el congelador de la nevera!). En ellos congelaremos el equivalente a dos raciones de guiso que luego pasaremos a bolsas y ordenaremos como si fuese una biblioteca (recomiendo incluso llevar un pequeño libro de almacén, porque llega un momento en que la oferta es tan grande, que cuesta trabajo dar con el plato deseado).

Cada día una tarea

  • Lunes: Empieza la tortura. Mal humor y encima resaca de cocina. Mejor no obcecarse con platos latosos. Afortunadamente tenemos la nevera llena de ricos y saludables platos, lo cual es un consuelo.
  • Martes: En plena rutina laboral, es un descanso saber que al llegar a casa apenas hay que calentar lo que manda el régimen.
  • Miércoles: Apetece ya comer algo fresco, aunque solo sea como motivación psicológica, para soportar lo que queda de semana hay darse un empujoncito, así que haremos un hueco en la mañana para comprar carne, pescado, frutas y verduras.
  • Jueves: Día de transición. Falta poco para el fin de semana pero mañana todavía es laborable. Contando con la compra del día anterior, hoy comemos todo fresco, pero sin complicaciones.
  • Viernes: Ya estamos contentos porque se acabó el trajín, pero estamos muy cansados, así que tiramos de congelados para no trabajar mucho y de paso dejar hueco en el combi. Si estamos de humor, prepararemos la lista de la compra para así aprovechar mejor el sábado.
  • Sábado : Día de compra. La cocina hasta la bandera de bolsas. Es día de organizar y quizás de cocinar para el resto de la semana o aún mas, porque los congelados durarán un mes. La comida ha de ser facil, pero la cena por todo lo alto, marisco incluido.
  • Domingo: Tenemos todo en orden, pero la nevera hasta los topes de productos perecederos, así que, salvo que se haya hecho el sábado o la semana anterior, hay que ponerse a cocinar. Es realmente divertido, una de las mejores formas de pasar la tarde de un día tan extraño como es el domingo. Salvo que sea verano y tengamos un buen plan, nos sentiremos mucho mejor preparando guisos que viendo el tostón de la tele.

Ficha de control de productos para hacer la compra 

  • En la nevera
  • Hortalizas frescas: zanahorias, tomates, cebollas, ajos, pimientos, lechugas, endivias.
  • Huevos frescos.
  • Jamón York y queso fresco.
  • Leche.
  • Mahonesa ligth.
  • Yogures
     
  • En el congelador
  • Albóndigas variadas (mas bien pequeñas para facilitar su descongelado).
  • Cubitos de caldo (jamón, pollo pescado y verdura)
  • Sofrito (ajo, cebolla, pimientos y puerro).
  • Guisotes propios.
  • Platos precocinados comerciales.
  • Verduras (alcachofas, guisantes, espinacas...)
     
  • En el carrito o fresquera
  • Ajos.
  • Cebollas.
  • Fruta.
  • Limones.
  • Patatas.
     
  • En los armarios
  • Arroz (redondo, salvaje y Basmati).
  • Bolsas para congelar y rotulador.
  • Botes de legumbres (lentejas, judías, garbanzos, guisantes ...).
  • Cereales (Müesli, Corn flakes ...)
  • Embutidos duros (chorizos de guisar, fuet, huesos de jamón serrano ...).
  • Harina y pan rallado
  • Latas de golosinas: (bonito, sardinas, mejillones, anchoas, aceitunas verdes y negras ...).
  • Panes de largo consumo (Pitas, craquers, Pan seco, congelado ...).
  • Pastas secas (espagheti, cuscus, lasagna ...).
  • Productos desecados (setas, algas, sopas ...).
  • Aceites y vinagres
     
  • En el especiero
  • Albahaca, azafrán, comino, curry, eneldo, gengibre, laurel, orégano, pimentón dulce y picante, pimientas blanca y negra, romero y tomillo.
  • Necesidades propias
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  •  .....................................................................
  •  .....................................................................
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3. Los menús 

Es conveniente familiarizarse con las recetas y los consejos de entrada antes de atacar directamente a los menús ya que de esa forma, lo que es muy simple puede convertirse farragoso. Por ejemplo, día lunes del menú 01: Pollo al ajillo con pisto moro ¿Qué lío? No, sencillamente en el índice buscamos Pollo al ajillo y pisto moro, dos platos alternativos, de aprovechamiento de sobras y variaciones, que podemos servir como primero y segundo, o mejor aún, haciendo un completo y contundente plato combinado.

Platos combinados, el factor psicológico de la buena mesa.

Es importante poner toda la comida en la mesa o en la bandeja de la tele porque de esa forma nos daremos cuenta de lo que comemos y de que las cantidades son mas que respetables, por lo que una vez devoradas, nos sentiremos satisfechos, algo que raramente sucede cuando picoteamos de aquí y allá.

Esas comidas de asalto a la nevera son las mas peligrosas y si nos tomamos la molestia de valorar lo que hemos comido (picoteo de jamón, queso, una lata, chips, etc.), se nos pondrán los pelos de punta al ver que esa frivolidad nos ha metido para el cuerpo el doble de calorías que esa copiosa comida de guisote con que nos hemos regalado a medio día.

Es importante poner la mesa con todo el protocolo tradicional. Son apenas cinco minutos lo que se tarda en montar y recoger, pero la visión de una mesa (o incluso bandeja de Tele) bien puesta y con abundante comida, hace que nos sintamos mas satisfechos.

Una buena forma de ahorrar trabajo y de paso forzar esta perspectiva de buen menú, es preparar platos combinados o hacer platos únicos, de ahí que muchas veces en estos menú veamos estas soluciones, por ejemplo el antes citado: Pollo al ajillo con pisto moro.

En realidad en esa comida tocaba comer un plato de verduras y otro de ave, pero hemos unido ambas necesidades en un solo plato.

Estas aclaraciones que parecen de Perogrullo vienen al caso simplemente para reseñar que estos menú son bastante flexibles y que están diseñados para hacer este tipo de cosas, por ejemplo unir dos platos en uno combinado, o por el contrario, separar un combinado en dos independiente si así apetece mas ser presentado.

Recursos de fortuna

Los aficionados a la mar usamos esta expresión para definir una serie de métodos que nos pueden sacar del atolladero. No son la solución, pero sí la forma menos mala de salir adelante cuando no hay otra forma. En este caso nos referimos a esa noche que llegamos a casa y antes que tirar el régimen por la borda atacando esa bolsa de patatas fritas o de almendras, ese sandwich empapado en mahonesa o mantequilla, esa lata de mejillones o anchoas con la que preparar un tremendo bocata, pues conviene tener una despensa de “Recursos de Fortúna”.

No conviene abusar de ella, porque es muy facil pensar que tirando de estos platos respetamos el régimen. No es cierto, solo es una forma menos mala de saltárnoslo.

He aquí lo que podemos tener en este botiquín de urgencias:

  • - Queso de Burgos
  • - Gambas congeladas
  • - Huevos
  • - Productos japoneses para hacer una sopa rápida (no usar jamás las sopas de sobre ya que se componen casi exclusivamente de grasa animal, azúcares y harinas).
  • - Patatas (mas vale una patata cocida con mayonesa, aunque sea una barbaridad, que unos snakcs de bolsa).
  • - Bonito, sardinas, etc en escabeche.

También están los caprichos, por ejemplo ese día que nos apetece un chuletón, un besugo a la espalda, un lechazo. Mi experiencia es que si hacemos de ello una excepción, aunque sea semanal, nuestro peso se mantendrá intacto.

Ensaladas

Las ensaladas cumplen una doble función, por un lado pueden ser toda una divertida cena y por otro, un complemento para una comida mas fuerte, como la del medio día.

Las primeras son muy completas aunque nada complicadas de elaborar. Las segundas han de ser ligeras, una guarnición.

En ambos casos las calorías proceden casi exclusívamente del aceite ya que las hortalizas apenas tienen y un buen aceite de oliva virgen, aunque meta 70/80 Kcal. de propina, sus nutrientes son de tal calidad, que el cuerpo lo agradece.

Sopas de cena

Las sopas de cena son una forma muy tradicional de pasar este trámite y que se ha perdido a causa de esa porquerías que venden de sobre y saben todas a lo mismo y encima están compuestas de grasas animales y harinas.

Una buena sopa reconforta, sienta el estómago, alimenta y se digiere rápidamente, lo que es todo un sobresaliente para las necesidades que exigimos a una cena.

Dado que suelen ser de bajo contenido calórico, se pueden complementar con fruta, queso, etc y haremos un pequeño festín.

Escrito por el (actualizado: 03/12/2013)