El Llar de Viri

Como hace años que para mí ha dejado de ser noticia la última creación excéntrica del cocinerito de moda (cotilleando un poco, puse en Google “Casa Marcial” y, después de nuestra reseña, en la de R.G.S., sale una foto de unos Callos de bacalao con lentejas germinadas y jugo de pimientos, que, no es por echar leña al fuego, pero se me revolvieron las tripas, y sino mírenla, pero les aviso que puede herir su sensibilidad), pues vuelvo a sacar una vez más esta casa (pueden ver las crónicas de Asturias gastronómica 2003/2004 y 2005/2006 ), porque Viri me avisó que tenía fresas, y en septiembre, estas son un verdadero regalo.

Para los foráneos, explico que Candamo es un valle famoso en Asturias por sus fresas, redondas, perfumadas, ácidas y a la vez dulces, en fin, como aquellas que Napoleón probó en Aranjuez y que declaró que fue lo que más añoró durante en su destierro en la isla de Elba.
Pero en Candamo no solo hay fresas, también hay unos tomates de a kilo largo por pieza (los de la foto), unas lechugas sabrosas y crujientes, ciruelas que emborrachan y unas manzanas de mesa que..., voy a comerme una.

Una ensalada de tomate recién cogido de la huerta, es uno de esos manjares por los que un gourmet puede hacer un viaje. Pero me refiero a un gourmet de verdad, de aquellos que describía el gran Curnonsky, no estos hierofantes que levitan por encima de los mortales y que, para otorgar su beneplácito a una cocina, exigen que el demiurgo de turno haya sido capaz de extasiarlo, de llevarlo a una dimensión del placer que vaya más allá de los sentidos, que logre arrancarle un orgasmo intelectual.

Yo me comí uno estos tomates, con aceite de oliva y unas virutas de jamón, mojando pan en el juguito, y me lo pasé bomba.
Septiembre es el mes de la huerta por excelencia, al menos en Asturias, y como este año llevamos quince días seguidos de sol radiante (lo siento por los pobres veraneantes que vinieron en Agosto, pero hay que preguntar a los oriundos), pues los mercados rurales están siendo auténticas fiestas.

Seguro que las Colas de gamba a la cubana que ha diseñado Carme Ruscalleda para su carta de septiembre son una delicia, pero pagando 200€ por cubierto, eso es lo menos que puede hacer.

Yo creo que la noticia está en contar a los lectores que, en estos días que nos quedan de septiembre, en una casa de comidas de San Román de Candamo, se pueden comer unas ensaladas de tomate y unos chipironcitos de potera recién pescados, como no podremos volver a probar hasta el próximo verano.

Además, para hablar de los estrellas Michelin, ya están los nuevos críticos de Blogs, una nueva profesión que a mi me asombra, porque se deben gastar una pasta gansa y sin perspectivas de recuperar la inversión en lo que les queda de vida.

Deben pensar como aquel del chiste que disfrutaba jugando al poker y perdiendo, porque desde luego yo, que siempre lo he hecho cobrando, o sea, ganando, y aún así me parece un trabajo insoportable, no puedo concebirlo como un hobby. En fin, allá ellos. De momento están haciendo una buena labor, porque están levantando ampollas a esos carroñeros que usurpan puestos de trabajo publicando gratis sus adulaciones y hagiografías hosteleras en los periódicos regionales a cambio de un plato de lentejas. Lo malo es quizás algún día también vendan sus puntuaciones a cambio de un menú degustación.

Desde luego en el Llar de Viri no van a encontrar campo para trapacerías. Comer bien, sí, incluso cuando se acaben los tomates, porque empezarán las castañas y Viri hace un pote que quita el hipo, pero ni estrellas ni reverencias, huevos fritos con chorizo casero, que no es noticia, pero a ver quién es el guapo que pasa de largo.