Restaurante La Tabla

Estábamos reservando una de las mejores cartas de vinos de España para ese día en que publicásemos un especial sobre la sidra sidra (como en Asturias no hay vino, pues había que esperar a la sidra), y por fin La Tabla está en nuestra selección de pistas.

Decir que tiene la mejor carta de Europa (editorialmente hablando), quizás no sea atrevido, pero es que la selección y variedad de referencias, tampoco le van a la zaga (echen un vistazo a su web, verán que no miento).

Cada vez que llevo a algún amigo, incluido el tirano Proensa, y se encuentra con que en medio de un monte, en una aldea perdida, por una carretera de aquellas bucólicas y diabólicas que ponían los pelos de punta a los escasos turistas que frecuentaban Asturias en los años del seiscientos, ahí, en Fano, hay un fabuloso comedor ultramoderno con la mejor selección de vinos alemanes de las últimas cosechas, la colección completa de Romanée Conti (incluido el mítico Montrachet) y todo lo bueno que se ha elaborado en España en su historia reciente(incluidas esas marcas destinadas solo a la exportación, como El Nido), pues alucinan. Normal.

Como esta no es una revista gastronómica, sino vinícola, no me extenderé sobre su cocina, pero sí apuntar que, a pesar de situarse dentro de ese perfil que hoy se denomina de Autor y que yo he llegado a aborrecer, lo cierto es que aquí se cocina de verdad.

En mi última visita, además de ese delicioso pulpo a la plancha que ya es insignia de la casa, probé unos lomos de salmonete en tempura, que he incluido en mi intransigente y corta lista de “Platos para el recuerdo”.

La bodega de la foto, que han estrenado hace pocos meses, permite hacerse una idea de la dimensión de lo que allí se ofrece, pero lo más importante de todo es que, David y Victor (para variar son hermanos, no maridos), son dos verdaderos locos del vino y no les duele gastarse los ahorros del año en visitas a bodegas, no solo de España, sino de toda Europa (están preparando un viaje a Australia y otro a California) y, por supuesto, probar todo lo nuevo que sale en nuestro país, así que la carta podemos mirarla para disfrutar, pero lo mejor es pedirles a ellos que elijan el vino más apropiado para el menú, porque hasta a nosotros, a los plumillas, nos sorprenden.

Para llegar, consulte este mapa.

Como verán cada crítica mía lleva su ¡Ay! Desgraciadamente para mí hay comedores donde poner algún “pero” sería solo una pedantería de gastrónomo de El País, y claro, por ahí no paso, así que en esta ocasión me lo tendré que comer con... ¿Frixuelos?