Salsa agridulce natural
No quiero pecar de soberbio, así que no diré que esta es la mejor receta de salsa agridulce, ni siquiera la más tradicional china, pero sí que garantizo que es absolutamente sana, porque visto los engrudos que se preparan por ahí a base de glutamato, colorantes, maicenas y otros espesantes, con esta al menos respetaremos nuestra salud.
He visto verdaderas atrocidades, tales como poner salsa de tomate frito o ketchup, me imagino que por aquello del “Oriental”, pero una verdadera salsa agridulce debe llevar solo jengibre, zumo de naranja y un poco de vinagre de sake.
Si queremos espesar y dar aspecto un poco más gelatinoso, podemos poner un poco de azúcar de caña caramelizada y cebolla frita.
La receta
Empezamos por freír la cebolla, pero sin que llegue a dorarse, solo quedar transparente y en ese momento añadimos el bulbo de jengibre rallado (jengibre fresco). Removemos y dejamos reposar.
En otra sartén caramelizamos un par de cucharadas de azúcar morena y, cuando se haya fundido, desglasamos con el zumo de naranja y el vinagre de sake.
Unimos las dos preparaciones, damos un hervor, pasamos por la minipimer y luego por un colador (no es necesario, pero es para eliminar los filamentos de la cebolla y del jengibre).
Esta salsa puede hacerse más o menos larga o concentrada, según vayamos a usarla para cocinar cerdo o para acompañar masas fritas (rollitos, won ton, etc.). Incluso se puede espesar con un gelificante natural, como el agar-agar, pero hay que controlar bien este producto porque tampoco se trata de hacer un flan. También se puede añadir un poco de pectina de frutas (la de manzana es muy agradable, que espesa de forma más controlada. Lo que desaconsejo vivamente es el uso de almidones, tipo harina de trigo, maíz, arroz, etc.