Las misses también comen
Como es ya preceptivo no podía terminar el año sin que Asturias eligiese una «Miss» para representarnos en esos glamourosos campeonatos internacionales de belleza, y en esta ocasión recayó en una encantadora joven de El Berrón, Angeles Bustillo (aunque para mi gusto la mas divina fuese Noelia Pérez, de Avilés)
- Vaya hombre, interviene una lectora muy indignada, ¿a cuento de qué viene que se hable en este suplemento de misses? ¿acaso considera usted a las mujeres un objeto gastronómico?
- No señora, no van por ahí los tiros, aunque bien facil sería hacer algún juego de palabras, lo que sucede es que a un servidor le invitaron a ser miembro del jurado y me pareció muy interesante que en el perfil previo que se informaba de las aficiones y conocimientos de las chicas, se incluyesen sus platos preferidos. Por eso lo traigo aquí a colación»
- ¿Y usted que pintaba en ese jurado? viejo verde, sinvergúenza.
- Pues la verdad es no tengo ni idea, pero si se me eligió por mi condición de catador, le aseguro que solo se me permitió realizar mi trabajo en las fases audiovisuales. No se imagina usted lo estrictos que son los de la organización. Nada. Ni el familiar besito de saludo.
La verdad es que la imagen de golferío y cachondeo que tenemos los profanos de este tipo de eventos no coincide en lo mas mínimo con la realidad y de hecho si de algo se quejaban las chicas, solo fue de que durante los tres días que duraba la concentración, no podían ni ir al servicio sin la escolta de una azafata.
Un rasgo que me impactó fue el elevado nivel cultural de las participantes, con gustos tan sorprendentes como las obras de Valle Inclán o Umberto Eco.
Pero vayamos a la gastronomía, porque ahí también hubo material y del bueno.
La ronda empezó en el restaurante Los Arcos en Cangas de Onís, que no es moco de pavo y la prueba de fuego se realizó cenando intercaladas con los miembros del jurado en La Ciudadela de Gijón.
El tema preferido de conversación en todas las mesas fue esa lacra impuesta por los modistos de las tallas subcuarenta que llevan a tantas y tantas jóvenes a caer en enfermedades como la anorexia o la bulimia (en la sección Cara a Cara tratamos ese asunto con una de las participantes que es enfermera especializada en esos temas).
A pesar de sus cuerpinos de angula (salvo tres o cuatro que obviamente fueron eliminadas de la última selección, el resto estaban radicalmente flacas), todas afirmaban comer bien y hasta hubo cinco de ellas, absolutamente esqueléticas para mi gusto, que se declararon apasionadas comedoras de fabada.
El tipo de comida preferido fue sin embargo la pasta, me temo que un mal común en estas generaciones victimas del Fast-food y del desarraigo de las tradicionales costumbres familiares.
También se mostraron muy proclives a las verduras, incluso había una vegetariana, Patricia del Valle, de Cancienes, y las mas originales fueron María del Carmen Busto, de Corvera, apasionada del bacalao, Paula Istillarte, de Navia, a quién le encanta el lenguado relleno, María Teresa Mendez, que come crema de calabacín y Noelia Pérez, que parece ser que prepara un exquisito arroz con bacalao.
¿Conclusiones?
En realidad lo mas importante es que estas jóvenes no sean simple carne de comercio si no que en su valoración intervengan factores culturales e intelectuales, y que por fin, la gastronomía sea uno de ellos. Así cuando Angeles sea Miss Universo, podrá decir lo bien que se come en el concejo de Siero.
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