Fumando espero …
A partir de hoy, 1 de Enero del 2006, papá Estado vela por nuestra salud y los empresarios de hostelería deberán olvidarse de su profesión para perseguir a los delictivos fumadores que transgredan la ley en sus establecimientos.
Los hoteles podrán tener un máximo del 30% de habitaciones para drogadictos, de modo que un empresario que haya invertido varios millones de euros en su establecimiento, cuando llene esas habitaciones tendrá que dejar vacías el otro 70% aunque haya cien personas pidiendo alojamiento. Me imagino que las pagará el Ministerio de Salud, porque sino más de uno irá a la ruina.
Y pregunto ¿es esto constitucional? Porque entiendo que se separen las habitaciones de fumadores de las de abstemios, pero ¿qué ley impide a un ciudadano hacer un hotel de fumadores? ¿Acaso no forma parte del libre albedrío y derechos civiles elegir cada cual el perfil de la empresa que quiere crear? Como si a alguien le da la gana de hacer un hotel solo para hombres, o solo para mujeres, saltimbanquis, jugadores de baloncesto o coleccionistas de sellos. ¿no hay acaso tiendas de ropa de caballero, de señora o de niños?
Otra cuestión es hasta donde puede o debe llegar la labor policial de un tabernero, porque si en una cafetería de no fumadores entra un paisano con un pitillo ¿tiene el hostelero que partirle la cara, llamar a la policía, o jugarse el cierre si entra un inspector? Lo digo porque va a ser un cachondeo cuando los cuarteles de la Guardia Civil reciban tres mil llamadas diarias denunciando que un señor está fumando en la barra, o que una señora ha entrado con un niño en un local de fumadores.
La cosa tiene coña, pero esta juerga le puede costar un disgusto a más de uno, porque si entra un inspector en ese bar y el camarero no ha puesto la correspondiente denuncia, el paquete se lo lleva el empresario.
Y no queremos ni pensar las broncas que habrá entre parroquianos, porque siempre habrá alguno con ganas de lío que provocará situaciones violentas. En definitiva, crispación social, eso es lo único que va a conseguir esta rocambolesca ley.
Ahora, ya con la mierda al cuello, las asociaciones de hostelería están poniendo el grito en el cielo pidiendo una moratoria ¡A buenas horas mangas verdes! Gazmoños, mojigatos, lameculos, caraduras que pedís árnica para justificar vuestros jugosos cargos ante vuestros electores, cuando en realidad deberíais pedir justicia y plantar cara a una ley grotesca que vulnera los derechos constitucionales y puede arruinar a la mitad de los afectados. ¿Cómo han negociado los propietarios de salones de bodas para que se pueda fumar y haber niños a la vez, alegando que se trata del alquiler de un local y que por tanto este se convierte en algo así como el domicilio del arrendador? ¿No estamos defendiendo la salud de los niños? ¡Hay que tener morro!
Hace años denunciamos el conflicto de las pruebas aleatorias de alcoholemia y la pasividad de estas asociaciones (ver en esta web en Artículos / Sobremesas / Alcoholímetros nefastos y Alcoholímetros y asociaciones de hostelería ). Hoy es ya un hecho contrastado que la guillotina de esta practica ha segado muchas cabezas y cerrado maravillosos restaurantes del medio rural y alrededores de las ciudades.
Pero lo del pitillo va a traer cola, porque es absolutamente ilegal que la Administración obligue a semejantes despropósitos, sobre todo cuando fumar ¡es legal!
¿Porqué no ilegalizan el tabaco?
Cuanta hipocresía.
Antes de convertir a los hosteleros en sicarios del Ministerio de Salud ¿no habría que ilegalizar su consumo?
Y ya puestos a velar por nuestra salud, que prohíban también los chupitos que revientan miles de hígados cada año, las hamburguesas que atascan las arterias de nuestros hijos de colesterol, los snaks que contienen saborizantes cancerígenos, los panes industriales que contienen grasas animales, azúcar y caseína sin advertirlo, o esos calzoncillos regañeros que dicen que producen esterilidad.
Los piercings y tatuajes, no, esos no se pueden prohibir porque son demasiados miles de votos. Tampoco Gran Hermano, Hola, ni Marca, la salud mental no tiene nada que ver con esto.
Claro que a ver qué gobierno prescinde de los miles de millones que su hacienda recauda a costa del mortífero vicio.
Pero veamos el lado bueno de la ley, porque el 2006 será un año lleno de felicidad y paz ¿Qué hay de positivo? Pues que a partir de hoy no habrá niños correteando y vociferando por los bares ¡qué felicidad! Gracias Sra. Ministra, ya solo falta que prohíba usted las máquinas tragaperras, los molinillos de café, los vaporizadores y el sonido de los televisores, y entonces la pondré en un altar.
Groucho que estás en los cielos, pon un poco de orden en esta locura, aunque tengas que bajar con Churchill, tu colega de puros. A ver si entre ambos os lleváis por delante unos cuantos imbéciles y podemos hacer este mundo un poco más cuerdo.
De momento y ante posibles denuncias, yo me acojo al derecho constitucional y declaro esta web como de fumadores, así que los niños, a la cama.