Debates de Sobremesa

Durante siglos España se caracterizó por sus tertulias, una deliciosa costumbre que, según nos narraban los geniales Díaz Cañabate, Julio Camba o hasta el propio Quevedo, era una forma de sentarse a la mesa con cierta dignidad, aunque hiciera tiempo que esta no se usara para su principal propósito que era comer.

Los tiempos modernos, con sus radicales horarios laborales y es absurda necesidad de ganar más dinero para gastarlo más deprisa, ha hecho que la mayoría de los ciudadanos hayan prescindido de esta deliciosa costumbre que algunos cultivamos con deleite, eso sí, después de una opípara comida y, a ser posible, paladeando un buen cognac o whisky de malta, porque el epicureismo no termina con el café.

Ni que decir tiene que es un pequeño cajón de sastre porque en una sobremesa se puede hablar de casi todo, salvo de fútbol, que una ordinariez y de política, que además de ser de mala educación, a estas alturas de democracia todas las personas serias sabemos que es una estupidez y una estafa.