Patatas nido

Esta presentación es una aplicación de las deliciosas Patatas paja, por lo que la dificultad radica en hacer estas bien, lo que a su vez implica, que hay que dar con un gadget que las corte muy finas, como alambres.
También hay que disponer de una espumadera ad hoc, que en realidad son dos redondas, una grande y otra pequeña, cogidas por el extremo y que se rellenan de patatas paja, se prensan un poco entre las dos rejillas y se fríen, de este modo, cuando se doren, se sacan y tendrán la forma de un nido, que rellenaremos a nuestro gusto, con champiñones picados y salteados, zanahorias baby, espárragos verdes fritos, etc. Incluso se pueden preparar como plato, como el de la foto, que son gulas al ajillo con un huevo frito cabalgando encima (se dice así en cocina).
En España ya es una guarnición muy difícil de encontrar porque la hostelería la ha vituperado y despreciado, pero no por falta de exquisitez, si no porque da mucha lata.
Por el contrario en Francia sigue encontrándose en grandes restaurantes clásicos. En la Tour d’Argent, preparan unos rellenos de huevos de codorniz pochados, cubiertos de laminas de trufa, una bomba de sabores de sabores en cada bocado, y con el crujiente del nido.

Elaboración 

Seguimos los pasos explicados en las Patatas paja, es decir, se pelan las patatas y se cortan en hilitos. Se vuelven a lavar para quitar el almidón, se salan y ya se procede al moldeado en el utensilio pertinente.
Se sumergen a abundante AOVE bien caliente y, cuando estén doraditos, se sacan y se ponen a escurrir.
Suelen durar varias horas crujientes, incluso en Asturias donde revienen hasta los cristales de las gafas.