Pisto de berenjena
Hay tantos pistos como cocineros dispuestos a preparar este saludable y exquisito plato, porque en realidad es un guisote de hortalizas y, dependiendo del lugar, la temporada y los gustos, las variaciones pueden ser infinitas, pero para mí, este es el más delicioso que he probado jamás.
Hasta ahora tenía como favorito el de Calabacines, un invento que me hacía con frecuencia en la cocina de carbón que tenía en la casita de Romillo, concejo de Parres, pero un día, en la pizzeria Vesuvio de Gijón, entre sus deliciosos antipasti, probé esta joya ya es la receta que hago siempre.
El truco consiste en preparar una especie de escalivada , pero con los ingredientes cortados en taquitos.
La receta
Se rocían con aceite y se espolvorean con un poco de sal gruesa.
Deben hacerse a horno muy fuerte para que se tuesten un poco los vegetales, porque ese toque rustidín, recuerda el sabor de las parrilla de leña, que es como resultaría divino.
Cuando esté listo, se saca a una sartén, se incorpora la salsa de tomate y se le da un pequeño hervor.
Una vez frío (templado), yo lo aliño con el ajo crudo muy picado, las especias frescas picadas, un buen chorro de limón y salpimiento.
Puede mantenerse varios días en la nevera, pero no gana nada y pierde sus aromas más sutiles, así que lo mejor es comerlo recién hecho y, lo que sobre, congelarlo en porciones. Digo esto porque resulta tan delicioso como fácil de hacer, pero ya de manchar cacharros, cuesta igual hacer dos que diez, así que, al congelador.
Es una guarnición deliciosa, que se puede servir como parte de entremeses, como plato de entrada, o de guarnición, por ejemplo con pescados a la plancha, sobre todo azules, y con cordero a la brasa o parrilladas de carne en general, a las que nos apetezca darle un toque mediterráneo.