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Patatas asadas en cazuela

Patata asada con alioli
 
Patata asada con alioli
Patata asada con alioli

Abril, 2009

INGREDIENTES (4 personas) 

4 patatas hermosas
1 diente de ajo
6 ramas de cebollino
1/4 litro de nata líquida
1 rmito de perejil
1/2 limón
 

Como casi siempre ocurre, las cosas más sencillas son las más deliciosas y hasta viciosas, y eso me pasó a mí con las patatas asadas.

Cuando me emancipé, como no tenía oficio ni beneficio, tuve que ganarme las lentejas currando en el trabajo más canalla que existía en los años setenta: la venta de seguros de vida revalorizables.

Un día en que mi equipo quedó como líder del trimestre en ventas, el jefe de organización nos invitó a comer en un restaurante argentino que había en Madrid por la zona de Cuzco (hace treinta años, así que no recuerdo el nombre).

Me encantaron los chinchulines con chimichurri, quizás por el folklórico nombre, también la tira y el bife hechos sobre las brasas, pero lo que me volvió loco fueron las patatas asadas con crema agria.
A partir de aquel día y siempre que había una barbacoa, metía como fuese unas patatas a asar en los rescoldos y me las comía con nata agria o con mantequilla salada.
Pero la verdad es que resulta bastante latoso, porque lo más fácil  es que se nos achicharren, o peor aún, que se queden crudas.

Si vamos a ser muchos, merece la pena hacerlas al horno, pero como una vez asadas deben comerse al momento, pues para dos personas es un despilfarro de energía, pero ayer hice una prueba y el resultado fue formidable.

Evidentemente la calidad de la patata es fundamental y nada fácil de conseguir, porque hoy día los alimentos de gran consumo están siendo los más perjudicados por la maldita globalización y la ambición sin medida de los traficantes en comida y las grandes superficies.

La receta 

En sí no es una receta, si no más bien una idea.
Si estamos en casa con la mujer o incluso solos, podemos coger una ollita o un cazo, poner un fondo de sal gorda de un dedo de grosor y encima las patatas envueltas en papel de aluminio.
Es muy importante lavarlas a fondo previamente, incluso con un cepillo y detergente, porque, además de la tierra, pueden llevar pesticidas, conservantes o vaya usted a saber qué demonios, y como han de hacer sin pelar y la piel queda tostadita y deliciosa, pues nos comeremos hasta el papel de plata.

Con estas patatas sirve cualquier salsa que lleve mantequilla o nata, desde un trozo de mantequilla salada de Tineo (es la mejor, por mucho que digan los franceses que como la de La Motte no hay otra), hasta un chorrito de lata líquida, pero esa mantequilla la mezclamos con finas hierbas, obtendremos una Maître d’Hotel, que es una delicia. Y la nata la montamos con un diente de ajo crudo, perejil, cebollino, zumo de limón y sal, obtendremos una deliciosa crema agria.

Este día, el del experimento con la cazuela con sal, preparé una salsa de rúcula (la de la foto) y me pareció fascinante, así que no la dejen caer en saco roto.

Escrito por el (actualizado: 24/11/2014)