Mas Comtal
Rosado de lágrima Bodega Mas Comtal D.O. Penedés. Uva Merlot. PVP 6,30
Publicado en la guía Asturias gastronómica 2005/2006
Publicado en la guía Asturias gastronómica 2005/2006
Respeto la presencia de este rosado porque ha levantado pasiones, sobre todo entre los sumilleres, quizás porque ellos no lo pagan, pero si los catalanes no dan marcha atrás, con estos precios se van a beber ellos sus vinos.
El vino está bueno, muy bueno, pero no deja de ser un rosado y metido en cata con el resto de esta sección, desde luego sólo despuntó por duplicar el precio de los demás.
Castigado ya por su precio, digamos que es un gran vino, un vino serio, un vino capaz de comportarse en la mesa como cualquier buen tinto.
Leyendo las críticas de otras guías, el vino se presenta como un jardín de flores, como un frutero, explosivo, una golosina (caramelos de fresa, dulce de frambuesa...). Yo no he visto nada de eso, más bien todo lo contrario; para mí sus virtudes radican en su seriedad, en su estructura, sin lindezas añadidas, quizás por eso, la primera vez que lo probé, tras escuchar la descripción del sumiller (me recitó la guía Peñín), me sentí defraudado.
Recordemos que la uva Merlot da sustos, en aquella ocasión mi mujer dijo que le olía a berberechos de lata, era volátil, a pesar de las poesías del sumiller gijonés.
El vino está bueno, muy bueno, pero no deja de ser un rosado y metido en cata con el resto de esta sección, desde luego sólo despuntó por duplicar el precio de los demás.
Castigado ya por su precio, digamos que es un gran vino, un vino serio, un vino capaz de comportarse en la mesa como cualquier buen tinto.
Leyendo las críticas de otras guías, el vino se presenta como un jardín de flores, como un frutero, explosivo, una golosina (caramelos de fresa, dulce de frambuesa...). Yo no he visto nada de eso, más bien todo lo contrario; para mí sus virtudes radican en su seriedad, en su estructura, sin lindezas añadidas, quizás por eso, la primera vez que lo probé, tras escuchar la descripción del sumiller (me recitó la guía Peñín), me sentí defraudado.
Recordemos que la uva Merlot da sustos, en aquella ocasión mi mujer dijo que le olía a berberechos de lata, era volátil, a pesar de las poesías del sumiller gijonés.
El amargor final y su largo postgusto, permiten combinar este vino con algunos arroces puñeteros, como ese negro que prepara Amado en La Venta del Jamón y que a mí me gusta acompañado de alioli, o mejor aún con el clásico asturiano arroz con pitu caleya, como el que siguen haciendo en Casa Marcial, en El Barlovento y en otros muchos comedores más humildes que no reflejamos en esta guía, pero donde también los bordan.