Castillo de Monjardín 2001
Publicado en la guía Asturias gastronómica 2003/2004
Es el último grito en rosados, una auténtica locura de sabores porque a los ya de por sí complejos aromas de la Merlot, hay que añadirle las potentes maderas que ha absorbido durante la fermentación y, encima, los de sus propias lías durante la crianza.
Ya en los blancos contamos un poco la historia de esta bodega, pero tengo que volver a incidir en el carácter inquieto de Víctor porque meterse a hacer un rosado con tanta complejidad en un país en el que todavía hay mayoría que estos vinos son segundones, es toda una machada.
Acostumbrados a los ya característicos afrutados, este choca porque en nariz el primer golpe, sobre todo sin agitar la copa, salen la madera y las lías, pudiendo confundir hasta el extremo de dudar si no estará algo tocado. Al agitar ya salen todas las frutas maduras, las frambuesas, flores en la linea de las violetas y todo enmarcado por un tostado de la barrica. Pero donde el vino cuenta de verdad, es en boca porque, saliendo por retronasal todos esos afrutados, sin embargo su estructura y cuerpo son de un poderoso Merlot, capaz de competir con cualquier tinto, no sólo navarro, si no hasta bordelés.Sugerencias:
Pote (La Nueva Allandesa).
Lo normal sería aconsejar un tinto, un gran tinto, cuanto más poderoso mejor. Yo creo que es como apagar un fuego con gasolina, porque si después de tener la boca ardiendo por ese fabuloso compango, con chosco incluido, en vez de refrescarla, le añadimos más calor, pues apaga y vámonos. Este vino es tan poderoso como un tinto y soporta bien el embite, pero a la vez refresca y restaura la boca.
Publicado en el libro Asturias gastronómica, año 2.003. El nombre entre parentesis corresponde al restaurante donde se prepara el plato (mas información en el botón Restaurantes de Asturias).