Gran Feudo
Publicado en la guía Asturias gastronómica 2003/2004
Este fue el pionero de los grandes rosados, el que rompió con el mito de que este tipo de vinos no eran si no un pasatiempo, un recurso de fortuna, una forma de dar de beber a quién no sabe disfrutar de las cosas buenas.
A pesar de mantener un buen precio (hay algunos que, por muy buenos que estén, se pasan, porque no deja de ser un vino joven), este viejo conquistador sigue en el podio de los grandes, demostrando además que, para hacer buenos productos no hace falta recurrrir a las costosas variedades foráneas (están de moda los rosados de Merlot y Cabernet), si no que con la humilde Garnanacha de toda la vida pero bien vinificada, se pueden lograr verdaderas delicias.
En nariz es muy aromático, con perfumes de frutas rojas maduras y algún toque herbaceo, como de madera joven, de rama recién partida (no pámpano), espectacular color grosella brillante y, sobre todo, un paso de boca con poderío, no bravo, pero sí con cuerpo, con estructura, dejando claro que no se trata de un vinillo de transición.
El largo postgusto es elegante y fresco, algo que no encontrarán en ningún rosado corriente (la mayoría, al cabo de unos segundos, suelen dejar mal sabor de boca, como a metálico).Sugerencias:
Pastel de emberzao (El Molín de la Pedrera).
Si ya de por sí es difícil maridar una morcilla, pues imagínense un plato en que además lleva un torto de chorizo y un crujiente de cabrales con avellanas. Sin embargo este vino no es un recurso, o no sólo eso, si no que con el pastel hace un todo, un complemento, casi como esa salsa de frutas que lo acompaña y realza. Y el vino, se defiende.Publicado en el libro Asturias gastronómica, año 2.003. El nombre entre parentesis corresponde al restaurante donde se prepara el plato (mas información en el botón Restaurantes de Asturias).