Restaurante Tataguyo

Una curiosa mezcla de comedores, desde el más antiguo y rústico chigre que se mantiene como cuando venían a comer los arrieros procedentes del vecino mercado de ganado, hasta un sofisticado y elegante altillo abuhardillado, pasando por un tercero, al más tradicional estilo casa de comidas de los años sesenta.

El personal estilo que Juan ha desarrollado en su local, le ha valido ser sin duda el restaurante más solicitado de la villa. Su cocina, tan ecléctica como sus comedores, es garantía de disfrutar de un verdadero festín gastronómico ya que va desde algunos refinados platos de nueva cocina, hasta sus reconocidos pescados al horno, la marca de la casa.

Si no han probado nunca la Longaniza de Avilés, la de la foto, no lo hagan en este restaurante o ya nunca querrán probarla en otro sitio.

Algo tan sencillo y humilde, en esta casa adquiere rango de delicatessen, ya que no se prepara frita, como es habitual, si no cocida, como la hacían hace cien años los días de mercado.

Sus pescados tienen fama en todo el Principado, no sólo por su calidad, si no por la forma caserota de hacerlos, como los preparaba la abuela, pero la mía, que cocinaba de miedo, sin Avecrem ni chup chup.

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