Restaurante El Jornu

El carácter vacacional de Llanes tiene como consecuencia que sus hosteleros se centren en sacar partido a l a avalancha de turistas que cada verano arrasan con todo como la Marabunta. Esta casa, a pesar de estar fuera de la villa, es donde comen los llaniscos que saben comer y, si el presupuesto lo permite, durante once meses al año.

Elías se formó profesionalmente en la marina mercante, haciendo cruceros, campo que durante décadas fue lo más exigente y sofisticado de la hostelería mundial. De allí sacó el gran equipaje de conocimientos con que montar su propio negocio, según las siguientes premisas:

1. Estando en una plaza con la mejor materia prima del mundo, sólo hay que cocinarla lo justo para hacerla comestible.
2. El que quiera lujos, que haga un crucero, porque en esta casa se paga la materia prima. De refinamientos, los justos.

Así, a pesar de los disparatados precios que tiene el pescado del Cantábrico, comer en esta casa con absoluta corrección y garantía de calidad, no supone asesinar de una sola estocada nuestra tarjeta de crédito, si no que podemos ir degollándola poco a poco a lo largo de varias sesiones.

Reserven su mesa en la pajarera, ellos saben lo que es.

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