Restaurante Los Arcos

La amistad y admiración que siento por los integrantes de esta casa, tanto sus dueños como los miembros de la plantilla, me impiden ser objetivo, sin embargo todos los amigos y colegas que han pasado por allí, me han contado maravillas, así que será cierto.

Antón fue cocinero antes que fraile, de modo que cuando hay más lío del esperado, se quita el traje de gerente y se pone la chaquetilla, que por cierto, ya podía hacerse una a la medida porque la que usa le sienta fatal.

Ramonín es uno de los mejores cocineros de Asturias. Empeñado en ganar concursos, le encanta hacer peripecias circenses, pero cuando trabaja para el público, hace cosas muy en serio.

Imagínense si lo hace bien, que hasta la gente de Cangas acude con notable frecuencia a este comedor, hito impensable en nuestra tierra, donde lo habitual es que los del propio pueblo sólo vayan un día al año para ponerte a parir los otros 364.

Antón y su equipo son verdaderos desarrolladores de tecnología hostelera, tanto en cocina como en controles de calidad, gestión, etc., lo que ha hecho de esta casa el mejor centro de formación profesional del Principado y quizás de España.

Si este fuese un país un poco más serio, yo sería el primero en animarle a cambiar el enfoque del negocio y montar la mejor escuela de hostelería del país.

Si tiene usted estas inquietudes, pregunte, que igual le hacen un huequín para hacer un stage.

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