Cañas rellenas de nata a la menta fresca con chocolate fundido
No voy a engañar a nadie con esta receta: donde estén unas buenas cañas rellenas de crema como Dios manda, que se quiten todas estas mariconadas.
Desgraciadamente también he de preguntar: ¿Cuantas cañas comemos al cabo del año que lleven una crema digna de reconocimiento?
Hacen falta huevos frescos de verdad, de los de corral y leche auténtica, de vaca gallega que paste en libertad, de esa que forma dos dedos de nata cuando se cuece.
Y además paciencia y buena mano repostera.
Yo me rindo y propongo esta receta para los malos reposteros, además está riquísima.
Puesta en marcha:
1. ¿Para que vamos a andarnos con tonterías?
Hacer un hojaldre es una tortura y hay que ser un especialista para conseguir lograr un resultado más digno que comprándolo en una confitería o incluso congelado, así que no voy a perder el tiempo contandoles bobadas de que si una vuelta secilla y una doble.
Eso lo hacía mi abuela que murió hace más de treinta años y tenía dos cocineras, hoy hasta los grandes restaurantes la compran en un obrador.
2. Hasta si me apuran y si el confitero es de confianza se pueden comprar las cañas hechas, pero aquí ya es mas complicado porque suelen utilizar grasas no muy recomendables y es mejor freirlas en aceite de oliva.
Se estira la masa de hojaldre y se corta en tiras de dos dedos de ancho, después se cogen unos tubos de caña y se enrollan las tiras sobre ellos dejando un tamaño de cuatro dedos, luego se fríen en una sartén honda llena de aceite humeante y se ponen a escurrir; cuando estan templadas se sacan de las cañas y se ponen sobre papel absorbente.
3. Para la nata se cortan las hojas de menta en tiras muy finas, como hebras, y se ponen a macerar en la nata durante una hora, después se monta la nata batiéndola en un bol que esté dentro de otro con hielo.
4. En cuanto al chocolate se funde un poco de cobertura triturada en un poco de agua y se mantiene caliente al Bañomaria.
Terminación del plato:
Para que este postre esté realmente delicioso las cañas deben estar crujientes y desengrasadas, la nata muy fría y perfumada y el chocolate muy negro y muy caliente. Por eso hay que rellenar las cañas al momento de comerlas para que la nata esté en la nevera y el hojaldre en lugar seco y ventilado.
En cuanto al chocolate no tiene demasiado misterio pero eso sí, debe ser de muy calidad, en estos momentos hay en el mercado chocolates de importación con un 70% de cacao, estos son los ideales.
Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.