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Bouillabaisse de salmonetes

Bullabesa de salmonetes
 
Bullabesa de salmonetes
Bullabesa de salmonetes

Octubre 2013

INGREDIENTES 

4 Salmonetes de roca de ½ Kg
1 Cebolla
6 Dientes de ajo
1 Puñadito de arroz bomba
1 Tomate
4 Zanahorias
2 Hinojos
aceite de oliva, agraz

 

Antes ser lapidado por tamaña afrenta, he inclinarme ante los puristas porque una buena Bouillabaisse, o Bullabesa, como se ha castellanizado el nombre de esta sopa, es una verdadera joya de la gastronomía mundial, un logro de la Humanidad.

Existen auténticos tratados acerca de esta sopa e incluso grandes debates, por ejemplo si se puede vincular con los suquets de peix que preparan en Tarragona, otro plato delicioso aunque con sabores radicalmente diferentes ¿porqué? Pues porque la Bouillabaisse lleva hinojo, incluso hay cocineros que le ponen un chorrito de Pastis, ese licor anisado preparado con hinojo y oriundo de Marsella, como la citada sopa.
- Pero dígame una cosa, interviene mi lector impertinente, la Bullabesa es una sopa, usted mismo lo acaba de decir, y por lo que se ve en la foto, eso parece un guisote cuartelero.
Hombre, tampoco es comida de rancho, que los salmonetes de roca del Cabo Peñas valen un dineral, pero bueno, es cierto que el aspecto no es el deseado, lo que pasó es que se me fue la mano en el arroz, solo quería poner un poquito para dar sabor al caldo y al final se lo chupó todo.
Además ya he dicho que esto no es una Bouillabaisse, he pedido perdón por el nombre, pero es que la combinación del pescado de roca con el hinojo recuerda mucho al plato marsellés, y como al principio el guiso era un precioso caldo, pues ya le dejé puesto el nombre. Luego el arroz empezó a crecer y terminó pareciendo comida para perros, pero bueno, estaba muy rico, al menos eso dijo Elena, mi complaciente compañera.
 

La recetaBullabesa de salmonetes 

Empezamos el guiso como siempre, haciendo un sofrito con la cebolla picada, los ajos aplastados y las zanahorias en trocitos. Cuando empieza a coger color le incorporamos el tomate pelado y partido de cualquier manera.
Rociamos con una copa de agraz y ponemos los hinojos cortados en rodajas. Rehogamos un poco, cubrimos generosamente de agua, damos un hervor y espolvoreamos por encima un puñadito de arroz, apenas lo que nos cabe en una mano, para que no pase como me sucedió a mí, que el arroz se chupó todo el caldo. Este arroz va a quedar casi deshecho, por lo que no es agradable de comer, solo es para dar ese peculiar sabor.
Para terminar colocamos en la superficie los salmonetes partidos a la mitad, apagamos el fuego, tapamos la olla y dejamos reposar el tiempo de tomarnos unas cervecitas, un buen aperitivo que, sabiendo que en casa tenemos un sabroso guisote de salmonetes, nos sabrá a Gloria.
Al momento de comer, recalentamos el guiso procurando que no llegue a hervir para que no se rompa el pescado, y servimos cuidando de sacar primero los trozos de salmonete enteros y luego, una vez repartido, añadimos el caldo y las verduras.
 

Un vino para cada plato 

Sucedió que Nacho, el la vinoteca La Marina, conocido de todos ustedes, me regaló una botella de Chivite blanco 125 aniversario del año 2001, un formidable Chardonnay de Navarra con 10 meses en barricas de roble francés sobre sus propias lías, con los correspondientes “bâtonnages” y demás parafernalia.
- Pruébalo y si está malo, lo tiras por el fregadero.
¡Qué pasada! Es cierto que un blanco con doce años de botella puede estar ya pasado, pero este es un gran vino, muy caro, pero inmenso, por lo que había bastantes probabilidades de que estuviese bueno, y si el resultado era positivo, no estaría bueno, estaría divino. Fue algo colosal, con un color oro viejo, pero más brillante que un jovencito de esos tan monos. No lo voy a describir porque hay material para llenar un par de folios, solo decirles que con este plato hizo una pareja que ni en los más fastuosos bailes del imperio austrohúngaros se vio nada tan elegante y formidable.
Escrito por el