Salsa del 98

Se nos escapa otro aniversario entre los dedos, y la verdad es que en este, Asturias sí tenía la obligación de haber estado muy presente, porque el papel de nuestros antepasados en Cuba fue tan decisivo, que bien se podría asegurar que nuestro pequeño Principado fue uno de los grandes protagonistas de aquella terrible película, vergonzosa para algunos, y rentable para otros.

Y, ya se sabe, el que pierde paga, sobre todo antes de que Estados Unidos palmara en Vietnam, e intentase cambiar las reglas, por cierto, con bastante poco éxito.

Pero lo nuestro fue cruel.

Después de haberse desangrado de sus hombres mas fuertes y valientes, y cuando ya no era mas que la sombra patética de un imperio, España se convirtió en el chivo expiatorio de todos los males de iberoamérica, y, la verdad, tampoco las cosas fueron así.

Por eso, cuando este centenario se convierte en plataforma reivindicativa de aquellos paises hermanos que hoy padecen la miseria, creo muy oportuna la respuesta de nuestro ministro Matutes, advirtiendo de que quienes explotaron a los esclavos, no fueron nuestros abuelos, sino los de quienes están allí, y que por tanto, basta ya de llamarnos mataniños.

En cuanto al expolio gastronómico, que es de lo que se trata en esta página, cierto es que de allí trajimos productos tan vitales para nuestra forma de vida actual como las patatas, los tomates, los pimientos o el cacao, pero no menos cierto es que también llevamos el arroz, los plátanos, los limones, las naranjas, la caña de azucar, las uvas (y el vino, claro) el café, etcétera, así que mejor interpretemos todo aquel asunto como un enriquecedor intercambio, y no como una explotación unilateral, porque tan mal lo pasaron los subditos españoles de aquel lado del charco, como los que quedaron en la piel de toro, y el que pida venganza, pues que vaya al Escorial y escupa sobre los restos de quienes torturaron durante siglos a sus antepasados, tanto a los de acá, como a los de allá.

¿No les parece mucho mas productivo y agradable, sentarse a una buena mesa, para estudiar el fantástico resultado de la unión de dos continentes, que no hacerlo para debatir sobre quien fue el mas canalla o el mas humillado?

Esa comida no lleva otros sabores que los de la hiel.

En Cuba uno de los platos mas populares es la fabada asturiana, ligth desgraciadamente para ellos, pero fabada al fin y al cabo.

Mientras que la última creación de Nacho Manzano en su restaurante de La Salgar, es una deliciosa crema fría de aguacates con crujientes de anchoa.

¿No hubiera sido formidable hacer un simposio de cocineros de ambos mundos para cotejar ideas y enriquecer los respectivos recetarios?

O promover intercambios culturales y profesionales que nos acerquen mas en vez de separarnos, porque una buena mesa siempre es conciliadora, y los que manejamos las cacerolas, somos bastante mas eclécticos que los que juegan con los cañones.

Por eso pido que este 98, quizás aún estemos a tiempo, termine acompañado de salsa, pero de la buena, de tomate o de naranja, pero sabrosa y rica, y no de esa otra que tanto se está promocinando, la de la mala sangre.

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