Premio Álvaro Cunqueiro
12/02/2005
Como el contubernio mediático asturiano cierra filas entorno a sus secuaces y su maniqueísmo radical les obliga a silenciar todo lo que no sea estrictamente rentable para sus intereses, he de ser yo mismo quién les dé la buena noticia: ¡Nos han concedido el Premio Nacional de Periodismo Álvaro Cunqueiro a la mejor Web Gastronómica de España!
Gracias, gracias, no se merecen estos aplausos ..., o sí ¡qué coño!
Hace apenas un mes, también ganamos el Gourmand Cookbook Awards a la mejor guía gastronómica del mundo publicada en español (Asturias gastronómica 2005/2006). La noticia salió en los más prestigiosos medios de comunicación nacionales y del resto del mundo mundial.
Hasta el gran dibujante Sir Cámara nos dedicó una de sus magistrales caricaturas.
Todos, salvo los de Asturias claro, porque aquí solo se habla de la dinamita que robó el Trashorras, la paliza que un minero propinó a su amante, y los correspondientes reconocimientos hagiográficos a los anunciantes, políticos afines y colaboradores satélites del director.
La verdad es que para un misántropo como yo, esta situación es deliciosa porque me evita el latazo de tener que andar una semana dando explicaciones y agradecimientos a supuestos colegas.
Me han dado dos premios punteros en lo poco que va de año, con lo que mi vanidad está más que saturada para todo un lustro.
Los pondré en una estantería y cuando mi ego esté un poco flojito, los acariciaré con una sonrisa y volveré al trabajo.
Pero me pregunto ¿Es lícito no informar a los lectores asturianos de que un libro y una web, editados en Asturias, por un autor asturiano, y que hablan de la gastronomía asturiana, han ganado dos de los premios más importantes que en este sector se conceden cada año a nivel nacional e internacional?
Yo creo que es un insulto a los ciudadanos y, aunque parezca que este artículo es de autobombo (les aseguro que no necesito ninguna excusa para darme coba, si me da la gana colgarme medio kilo de medallas, lo hago sin rodeos y punto), lo que reclamo es un poco de vergüenza profesional.
Asturias necesita salir adelante. Las subvenciones tocan a su fin y sería bueno que explotásemos nuestros propios recursos, lo bueno que tenemos, que haber, haylo.
Este año la SRT ha apostado abiertamente por usar la gastronomía como reclamo turístico con el lema, Saboreando Asturias, idea que ha ganado el premio al mejor stand de Fitur. Bravo.
¿No les parece que ese debería ser el camino y no el de la zancadilla, el de la envidia llevada al extremo de la celopatía, el de esa mezquindad de Vetusta que tan meticulosamente describiera hace un siglo el maestro Clarín?
No cabe duda de que nuestro Principado es el lugar más maravilloso del mundo para vivir y nuestros paisajes, clima, buen carácter, y por supuesto, superlativa gastronomía, atraen cada día a más visitantes y hasta residentes.
Es una lástima que el cretinismo de cuatro mangantes impida que también lo hagan inversores, empresarios, comerciantes y profesionales que, en cuanto asoman las narices y ven estas majaderías, hacen fú como los gatos y salen de estampida a regiones menos corporativistas, menos maniqueas, menos necias.
Dicho esto, repito a voces: ¡Nos han dado el Premio Nacional de Periodismo Álvaro Cunqueiro a la mejor Web Gastronómica de España y el el Gourmand Cookbook Awards a la mejor guía gastronómica del mundo publicada en español!
Y a quién le pique, que se rasque.
Si alguién quiere presentarse para el próximo año, puede ver las bases pinchando aquí.
Gracias, gracias, no se merecen estos aplausos ..., o sí ¡qué coño!
Hace apenas un mes, también ganamos el Gourmand Cookbook Awards a la mejor guía gastronómica del mundo publicada en español (Asturias gastronómica 2005/2006). La noticia salió en los más prestigiosos medios de comunicación nacionales y del resto del mundo mundial.
Hasta el gran dibujante Sir Cámara nos dedicó una de sus magistrales caricaturas.
Todos, salvo los de Asturias claro, porque aquí solo se habla de la dinamita que robó el Trashorras, la paliza que un minero propinó a su amante, y los correspondientes reconocimientos hagiográficos a los anunciantes, políticos afines y colaboradores satélites del director.
La verdad es que para un misántropo como yo, esta situación es deliciosa porque me evita el latazo de tener que andar una semana dando explicaciones y agradecimientos a supuestos colegas.
Me han dado dos premios punteros en lo poco que va de año, con lo que mi vanidad está más que saturada para todo un lustro.
Los pondré en una estantería y cuando mi ego esté un poco flojito, los acariciaré con una sonrisa y volveré al trabajo.
Pero me pregunto ¿Es lícito no informar a los lectores asturianos de que un libro y una web, editados en Asturias, por un autor asturiano, y que hablan de la gastronomía asturiana, han ganado dos de los premios más importantes que en este sector se conceden cada año a nivel nacional e internacional?
Yo creo que es un insulto a los ciudadanos y, aunque parezca que este artículo es de autobombo (les aseguro que no necesito ninguna excusa para darme coba, si me da la gana colgarme medio kilo de medallas, lo hago sin rodeos y punto), lo que reclamo es un poco de vergüenza profesional.
Asturias necesita salir adelante. Las subvenciones tocan a su fin y sería bueno que explotásemos nuestros propios recursos, lo bueno que tenemos, que haber, haylo.
Este año la SRT ha apostado abiertamente por usar la gastronomía como reclamo turístico con el lema, Saboreando Asturias, idea que ha ganado el premio al mejor stand de Fitur. Bravo.
¿No les parece que ese debería ser el camino y no el de la zancadilla, el de la envidia llevada al extremo de la celopatía, el de esa mezquindad de Vetusta que tan meticulosamente describiera hace un siglo el maestro Clarín?
No cabe duda de que nuestro Principado es el lugar más maravilloso del mundo para vivir y nuestros paisajes, clima, buen carácter, y por supuesto, superlativa gastronomía, atraen cada día a más visitantes y hasta residentes.
Es una lástima que el cretinismo de cuatro mangantes impida que también lo hagan inversores, empresarios, comerciantes y profesionales que, en cuanto asoman las narices y ven estas majaderías, hacen fú como los gatos y salen de estampida a regiones menos corporativistas, menos maniqueas, menos necias.
Dicho esto, repito a voces: ¡Nos han dado el Premio Nacional de Periodismo Álvaro Cunqueiro a la mejor Web Gastronómica de España y el el Gourmand Cookbook Awards a la mejor guía gastronómica del mundo publicada en español!
Y a quién le pique, que se rasque.
Si alguién quiere presentarse para el próximo año, puede ver las bases pinchando aquí.