Resaca de Año Nuevo
Aunque este no es el primer domingo del año, si podemos considerarlo así ya que hasta la Epifanía todos los españoles sentimos que las fiestas de Navidad no han terminado y por tanto son estos los últimos coletazos del año que termina y con ellos podemos hablar de la última resaca.
Una resaca de ordago, ya que la juerga empezó con aquella gran juerga que fue el 92, se continuó en Galicia con el Xacobeo y termina, como todos los desmadres, con un mas que preocupante resacón.
Cuando los continuos escándalos de las altas esferas parecían haber tocado a su fin, el último juerguista nacional, el Dandy Mario Conde, cae estrepitosamente, arrastrando con él a millares de adoradores del Becerro de Oro y, los que todavía soñaban con el dinero facil, han visto como aquí no se libra ni el gato de la gran debacle.
Durante las resacas de alcohol y tabaco se sufre un estado depresivo que con una dieta a base de fruta y unas cuantas horas de sueño se suele pasar, en este caso la cosa es más grave y no basta con tomarse el domingo de descanso y el lunes como nuevo. No, esta resaca nacional es de las de campeonato y a partir de mañana, con el estómago revuelto y asqueado de tanta porquería como hemos tragado durante esta juerga, habrá que recoger todas botellas vacías, vaciar los ceniceros, limpiar bien el comedor, recomponer los desperfectos y ponerse a reorganizar la despensa.
Durante bastante tiempo no podremos pensar en mas jolgorio ni en mas desmadre pero sobre todo, lo más importante, es que tampoco debemos compadecernos de nuestro lamentable estado.
Es tiempo de reconstruir la maltrecha situación y no habrá lugar para lamentaciones.
Los días de resaca deben quedar atrás y hay que tener el ánimo bien alto, aunque tengamos que hacer de tripas corazón, hay que andar con paso firme y con voluntad constructiva.
Las plañideras pasaron de moda.
Hay mucho camino por andar y los que nos dedicamos a la hostelería tenemos que llevar la cara alegre, aunque solo podamos ofrecer grelos con cachelos, porque si lo hacemos con gracia y buen humor, sabrán como si llevasen lacón y chorizos.
Basta ya de compadecernos y de llorar por las juergas pasadas, a lo hecho, pecho y bienvenido sea el 94.
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