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Alitas de pollo agridulces caramelizadas

alitas de pollo caramelizadas al estilo Tahi (12/11)
 
alitas de pollo caramelizadas al estilo Tahi (12/11)

AMieres a 12 de noviembre de 2018.

INGREDIENTES 

20 alitas de pollo
100g de azúcar morena 
1 cucharadas de maicena
Salsa de soja, vinagre de sake, zumo de naranja
 
3 dientes de ajo, jengibre fresco, Shichimi Togarashi, sésamo tostado

 

Estamos ante un plato muy habitual en todos los países que forman la península de Indochina, sobre todo Tailandia (allí se llama Ped dang).
Es un conjunto de sabores contrastados que permite cientos de variaciones, siempre y cuanto no se simplifique hasta los extremos que se acostumbra en América, y no me refiero solo a USA, sino también a México, Venezuela, y demás países dominados por la cultura gringa. Allí preparan un aliño a base de Ketchup, vinagre y sal, y dale zapatilla. Obviamente no tienen ninguna gracia, aunque consigan que sepan dulce y, quizá, hasta crujientes.
Nuestra marinada es bastante compleja, pero sencillísima de elaborar, con resultados garantizados para los paladares más exigentes.
En Tailandia suelen ponerle una guarnición de frutas exóticas, y resulta muy agradable, sobre todo si hemos cargado las tintas con el picante, pero a mí me resulta más agradable poner una
Coleslaw, esa ensalada yanqui de col y zanahoria tan refrescante y amable. También se puede poner una Ensalada de apio y zanahoria, una Ensaladilla de col china, unas Patatas al curry o un arroz, como el Arroz Basmati con verduras, del que yo hago una versión de Arroz Thai. Eso ya al gusto del consumidor, pero les aseguro que es una comida espectacular y deliciosa. Hoy hice una Ensalada de escarola y caqui, con zumo de naranja., muy acorde con el plato, y deliciosa, hasta me sorprendió

Elaboración

Como verán por los ingredientes, poco tiene que ver esta receta con esas descritas en América.
Empezamos por picar el ajo muy fino, encima rallamos el jengibre, y añadimos el azúcar, la soja, el vinagre, el zumo de naranja y el Shichimi. Removemos bien y reservamos.
En un bol aparte, mezclamos la Maizena con un vasito de agua y, cuando esté bien diluido, lo añadimos al resto de ingredientes. Si vemos que queda demasiado espeso, se puede alargar con un poco de agua, vinagre de sake o aceite neutro, si es de coco o sésamo, genial.
Metemos las alitas y embadurnamos bien por todas partes, conviene dejarlo así toda la noche, dando algunas vueltas cuando nos acordemos.
Al día siguiente, cuando calculemos que vamos a comer, precalentamos el horno a 200ºC y metemos las piezas en una batea en la que se puedan extender. Al cabo de veinte minutos, les damos la vuelta y comprobamos si están doraditas. Cada horno es un mundo, así que lo hacemos a ojo. Con lo que hemos visto, sabemos a qué atenernos, si está poco dorado, se dan la vuelta y se dejan más tiempo, si están casi quemadas, pues se deja menos.
Mienttras preparamos la guarnición elegida.
Mi consejo es ponerlas en una fuente para que cada cual las vaya cogiendo a su bola, es una forma divertida de comer.

 

Maridaje

El perfil agridulce y exótico de este plato, aconseja acompañarlo de un vino blanco joven y perfumado

Uno muy agradable es el navarro, Latido de Sara, de uva Garnacha blanca, muy agradable, a precio excelente (5€) y hasta puntuado con 90/100 por James Sucking.
Para beber en familia y con amigos, este Latido de Sara cumple de sobra.

 

Escrito por el (actualizado: 08/01/2019)