Respeto, por favor
Desde que José Francisco Díaz Menendez se apoderó de la presidencia de la Asociación de Hostelería (utilizo ese término porque su asalto al poder fue de forma bastante poco considerada, sobre todo teniendo en cuenta la intachable labor desarrollada por su predecesor, Rafael Secades) no he querido sacar a la luz los muchos desmanes que en esa casa están sucediendo porque es a los propios asociados a quienes corresponde exigir las cuentas, pero en el número de diciembre de la revista que esta organización publica cada mes, se lanzan acusaciones y calumnias tan deleznables, que por el respeto que nos merecemos, tanto los miembros del jurado de los premios Principado de Asturias, como por los galardonados, me veo en la desagradable obligación de tener que dar cuenta a los muchos aficionados a la gastronomía de tal atropello.
Cito extractos de esos textos.
- «La alegría que debería motivar a nuestra Asociación la obtención de los mencionados Premios, ..., se ha visto empañada por una serie de acontecimientos y hechos que hacen que los mencionados Premios hayan quedado totalmente desvirtuados y su credibilidad en entredicho.»
- «Las anomalías que se han producido en esta convocatoria, en la composición de los Jurados y en el proceder de los mismos en su reunión han sido de tal calibre, que todos los colectivos que formamos el sector turístico en este Principado, hemos manifestado nuestro desacuerdo de cómo se están desarrollando los mismos.»
- «La reunión del Jurado de Hostelería, estuvo marcada desde el inicio por una falta de respeto total, ..., hacia las empresas y trabajadores del sector que de acuerdo con la convocatoria publicada se presentaron en tiempo y forma. No se valoraron, ni tan siquiera se analizaron, las ocho candidaturas presentadas para la modalidad de empresa ni las cuatro de la modalidad trabajador, y sin embargo se consideró que el decir el nombre de una empresa sin presentar documentación alguna era suficiente para otorgarle el Premio.»
- «...unos Premios cada vez más vacíos de contenido y susceptibles a manipulaciones por Jurados con credibilidad más que dudosa».
Probablemente el conflicto surja precísamente por la honestidad de un jurado que votó libremente, sin ser mediatizado por esa asociación que durante tantos años fue modélica y que ahora parece que pretende convertirse en un lobby de presión, pero le aseguro al presidente que si las formas que piensa utilizar a partir de ahora son la calumnia y la descalificación de quienes no besamos su mano, ha elegido muy mal camino. Incluso hasta le diría que peligroso.
No sé de donde habrá sacado las mentiras que escribe en su panfleto de autobombo, porque ni él ni sus secuaces estuvieron en aquel tribunal (a Eutimio, el de Casa Eutimio de Lastres, se le exigió que abandonase el jurado al pretender darse a sí mismo el premio), entre otras cosas porque si hubiesen estado, habrían sido testigos de como se leyeron, estudiaron, valoraron y finalmente votaron, con absoluto respeto, todas las candidaturas presentadas y por tanto es una vileza pretender descalificar a los ganadores, restaurante Los Arcos de Cangas de Onís como empresa y Ramón Piña de Casa Fermín de Oviedo como trabajador, cuando ambos son verdaderos ejemplos para el resto de los hosteleros astures.
Es una lástima que por celos y envidias miserables ocurran sucesos tan lamentables como este y aunque un servidor no pertenezca ya a este gremio, creo que el señor Díaz haría un buen servicio a la hostelería asturiana dejando de una vez un cargo que desde el principio ha usado solo en beneficio propio.
P.D. de Mayo 2006. El Sr. Díaz vende vinos a esos hosteleros honrados a los que puso en tela de dudas y que hoy trabajan a pleno éxito. Ramón, disfruta de tu helado, te lo has ganado más que de sobra.
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