Fabada asturiana, con sidra natural de mesa
Con la entrada en vigor del CRDOP Sidra de Asturias, en el Principado se removieron las neuronas de los lagareros y empezó la guerra por conseguir una sidra de mesa, más o menos comercial, y que se amparase con el patético epígrafe: “Sidra natural de Nueva Expresión”.
Fracaso épico, pero de aquellas inquietudes, surgió algo bueno, esta sidra natural de mesa, que es como las de escanciar, pero de máxima calidad y un poco más estabilizada, con lo que se puede consumir en comedores finos, sin poner el suelo perdido, pero manteniendo todos los perfiles aromáticos y de boca, de nuestra sidra de siempre.
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Fabada
Sabores de la Reconquista
DO: Faba asturiana
P.V.P.: 18,50 € / pack
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A pesar de las publicidades engañosas y ofensivas de ciertos conserveros, que afirman que en las casas rurales asturianas meten gato por liebre, lo cierto es que ninguna fabada de lata se parece ni de lejos a este plato preparado como Dios manda.
No es nada complicado ni engorroso de cocinar, lo más difícil es conseguir los productos adecuados y tener en cuenta que hay que usar agua mineral baja en calcio para hacer el remojo y el guiso.
Lo que aquí les recomiendo es un pack (contiene receta) con los mejores productos de Asturias, incluidas las famosas “Fabes de la granja”, ya protegidas por una I.G.P., y un compango seleccionado que asegura el éxito.
MARIDAJE
En Asturias la fabada es un plato de fiesta, de domingo en casa de la abuela, de cuchipanda por todo lo alto, y, en consecuencia, se abren botellas de rioja reserva, sin pensar en que, los sabores ahumados y picantes de la morcilla y el chorizo, aniquilan todo el bouquet, y si a estos vinos les quitas los sabores de la crianza en madera, se quedan en pelotas.
Hagan la prueba, caten el vino y recuerden las sensaciones, prueben una cucharada de fabes y repitan el trago, verán donde ha ido a parar el reserva.
Por el contrario, la sidra tiene una gran frescura que nos atempera la boca, mucha acidez que la limpia, y unos maravillosos aromas primarios a manzana verde y a flores, que se mantienen impertérritos hasta la última cuchada.
En Asturias la sidra es bebida de entre horas, no de comer con ella, salvo en las espichas, meriendas, o cenonas informales, por lo que no es frecuente verla acompañando una fabada, pero el maridaje es perfecto.
Si no les gusta la sidra…, cambien de gustos, o prueben con un blanco de uva verdejo, pero nada de tintos y menos grandes reservas.
