Sidra Trabanco Cosecha Propia
Sidra natural Trabanco de manzanas propias
Bodega Trabanco
Sidra de Asturias (sin D.O.)
Fruta: 20 Variedades de manzanas asturianas
Crianza: No
PVP: 2,50 €
Extracto del libro Un vino para cada pincho, maridajes de la Cocina Canalla.
Extracto del libro Un vino para cada pincho, maridajes de la Cocina Canalla.
El mundo de la sidra está cambiando, aunque no tan deprisa como sería deseable para que toda España disfrutase de tan agradable bebida, pero de entre todos los lagares, sin duda Trabanco es el más puntero, aunque sus experimentos de monovarietales aún de momento no se estén comercializando.
Esta, la llamada de “Cosecha propia”, fue una iniciativa precursora a la denominación de origen, y cada vez son más los sidreros que la tienen como elección fija por su notable diferencia de calidad.
Hasta un profano en la materia apreciará al primer culín cómo desprende un penetrante olor a manzana sana, limpia, sin oxidaciones. En boca es muy seca y con fuerte acidez (no confundir con el acético como sucede con la vasca), pero a la vez nos llena la boca de fruta y de flores, porque sin parafrasear a la sin par Maguelonne, la sidra asturiana huele a manzanos en flor (algunas, claro, porque las hay que huelen a cosas mucho menos agradables).
Empanada de bonito
No sé quién sería el inventor de esta peculiar forma de comer, pero desde luego que tuvo que ser una persona muy inteligente, porque hay que ver lo rica que puede llegar a estar una empanada, sobre todo si estamos en el campo, después de una sana excursión y sin necesidad de poner mantel, platos ni cubiertos, porque una empanada debe comerse a mano, que para eso se inventó.
Hay tantas variantes como cocineros dispuestos a hacerla y tan rica puede quedar una de anguilas en hojaldre (es mi perdición), como una vulgar de pan con bonito, siempre y cuando se hayan preparado con cariño e interés, porque hay circulando unas prefabricadas que no se merecen el título de empanada.
Maridaje
Si no ha disfrutado usted nunca de una espicha, debe pensar que no ha estado en Asturias, porque esta es la forma más tradicional de celebrar cualquier evento en nuestros valles.
La fiesta consiste en pinchar un tonel de sidra y beber todo lo que el cuerpo pida, pero disfrutando de esta comida canalla que tratamos en este libro, y un plato que no puede faltar son las empanadas.
La verdad es que una empanada de bonito es un plato agradecido porque se puede acompañar de cava, vino blanco o incluso tinto, pero si hay una bebida hecha a su medida, esa es la sidra natural asturiana.
La sidra es a su vez una de las bebidas que mejor casa con casi todos los platos, porque es seca, perfumada, refrescante y por su elevada acidez, limpia muy bien la boca, con lo que nos deja listos para otro bocado.
En este caso, como ya indiqué que la empanada era la comida informal por excelencia, como la sidra es la gran bebida de compartir, pues no solo gastronómicamente, sino hasta desde el punto de vista social, este es un matrimonio ideal.