Setas: peligro mortal
Publicado en el diario El Progreso, año 1992.
Termino esta trilogía de artículos sobre las setas con un asunto muy manido pero imprescindible: las intoxicaciones. Quizás alguien piense que quiero desanimar a los aficionados a salir al campo a recolectar, no ni mucho menos, pero creo que es obligación de todos los micólogos que trabajamos en medios de comunicación, advertir de los graves riesgos que se corren si se practica esta afición sin las debidas medidas de seguridad.
Durante siglos las setas han sido consideradas como algo maligno y pocos eran los que se aventuraban a comer tal manjar, hoy día en Galicia desconfiar de este producto está considerado como una mogigatería y hasta el más necio dice que sabe distinguir las buenas de las malas; bueno, pues ni lo uno ni lo otro.
Quien no ha oido aquello de "yo solo conozco dos o tres y como son las únicas que cojo, pues no tengo equivocación". Semejante estupidez ha costado la vida a muchas personas y en estos momentos cada vez son más los incautos que salen al monte con esta filosofía, esperemos que no haya accidentes que lamentar pero sin animo de ser agorero, me temo que no terminará el otoño sin algún percance.
NADIE DEBE COGER UNA SOLA SETA SIN HABER LEIDO PREVIAMENTE UN LIBRO ESPECIALIZADO. Puede parecer una aseveración excesivamente rígida y categórica pero es tan cierta como decir que antes de pilotar un avión hay que hacer un curso de aeronáutica.
Yo me comprometo a incluir setas venenosas entre otras comestibles (tanto en un setal como en una cesta) y de no ser un entendido, estas se confunden irremisiblemente; el resultado puede ser MORTAL.
Uno de los ejemplo más típicos que yo he visto cientos de veces, es el de aquellos insensatos que recolectan champiñones y dicen que no les importa aprender nada de setas porque no hay confusión posible; el único modo realmente eficaz de diferenciar un champiñón de una amanita virosa o de una verna, es comprobando el color de sus láminas ya que su morfología externa puede llegar a ser absolutamente igual; el resultado de tal confusión es MORTAL con una sola pieza.
Otro especimen habitual de dominguero setero es aquel que coge níscalos. Este suele ser uno de los animales más destructivos que se conocen micológicamente hablando ya que se considera más experto y destruye a patadas todas aquellas setas que ve a su paso aduciendo aquello de "seguro que es venenosa, más vale machacarla no vaya a tocarla algún niño" y así caen bajo su bota russulas, boletos, cesáreas, rubescens, cantarelos, etc.
Esta alimaña de la gastronomía micológica no corre peligro de extinción porque la estupidez abunda mucho entre el genero humano, pero si tiene una trampa en la que suele suele caer aunque no suele ser fatal, son los temibles falsos níscalos.
Como digo no se dan intoxicaciones serias a causa de esta confusión ya que no es mortal y su sabor es tan desagradable que hasta el más zafio de los comensales rechaza el guiso por acre y amargo, pero lo que es factible es que algún listo llegue a vender un cesto de estos hongos a algún restaurador incauto, lo que le podría suponer un serio disgusto a este último.
La forma de reconocer un níscalo auténtico (lactárius deliciosus y sanguifluus) de uno falso (lactárius torminosus), es por el color del latex que suelta al cortarlos que en en caso de los comestibles es anaranjado y en el otro es blanco.
De todas formas estos consejos no sirven para nada a la hora de recoger setas y el único fin de este articulo, es mostrar al lector que quiera iniciarse en esta actividad o simplemente le apetezca salir al campo a buscar una sabrosa merienda, que de nada le sirven los consejos de bar o los trucos de la abuela, antes de coger una sola seta hay que leer un buen libro y documentarse bien; Tampoco cuesta tanto ¡qué caray!
Pueden ver un montón de recetas elaboradas con setas pinchando en Cocina de setas
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