Ceremonia, reserva de autor

Sangre, sudor y lágrimas, les ha costado, pero al fín, después de muchos intentos más o menos felices, los Gandía han logrado un resultado que bien podemos considerar como el gran vino de Utiel-Requena.

Así como Cigales, Jumilla, Toro o Yecla, regiones malditas durante décadas por haberse dedicado a producir millones de hectólitros de imbebibles graneles, han sabido responder al nuevo mercado de vino de calidad y son ya muchas las bodegas que elaboran exquisitos tintos (a los rosados les falta un hervor), Valencia seguía adormilada, viviendo ese dulce sopor que dan los millones en el banco, porque, vinos buenos, no, pero pasta, hicieron a destajo.
Poco a poco se van dignificando las distintas zonas, de hecho en esta guía aparecen un Alicante y un Valencia, pero Utiel-Requena seguía produciendo millones de litros (250 en 2002, casi como Rioja), que nadie sabía donde iban a parar.
Esta reserva de autor, con sabores poderosos, carnosos, vivos, pero también pulidos y delicados, es la prueba de que materia prima hay, solo faltaba voluntad, o interés, que viene a ser lo mismo.