Bar Restaurante La Sifonería

Su fachada era portada en la anterior edición porque siempre me pareció uno de los lugares mas entrañables de Cangas, además de que, Celso y Marga, son tan encantadores que sólo por verles, ya se justifique la visita. Pero no pudo aparecer porque no tiene comedor. Este año ya sí, porque hay sección de tapeo.

Antes vendía sifones, pero desde que el agua de seltz dejó de consumirse, Celso, reformó su tienda en bar, eso sí, manteniendo todos aquellos envases que hacen hoy de su local, todo un museo.
Es el chigre más animado del pueblo y eso que sus dimensiones podrían disuadir al más pintado, pero sólo por ver la cara siempre risueña de Celso, ya merece la pena soportar los apretones.
Marga prepara sus guisos en casa y luego los calienta en un pequeño chiscón porque allí apenas tiene espacio para respirar, aún así raro es el día que hay mesa libre porque, aunque muy limitada, su oferta es de lo mas sabrosa.
Sin embargo para mí lo más irresistible son los pastelillos de hojaldre y la empanada que los domingos preparan en la confitería vecina, pero ¡Ojo! sólo los domingos, el resto de la semana ... queso y cecina, que para eso, Celso suele tener el mejor Gamoneu de la región.
Su sidra suele ser buena y sentarse en la terracina, uno de esos templados días nublados de verano, tomando un culín y viendo pasar a la gente, es toda una gozada (a pesar de ser una calle secundaria, todo Cangas pasa por allí) .

Además de por sus especialidades o tipo de establecimiento, puede buscar más restaurantes en esta u otra zona pinchando aquí. Y no se pierda los entresijos de esta profesión, nuestra prensa amarilla, pinchando en Dramas y comedias de la Hostelería.