Bar cafetería Cambaral

Intentar comer de pinchos en el occidente astur no es tarea fácil porque sus barras no suelen presentar otra opción que no sean pétreos bloques de tortilla de patata y, en el mejor de los casos, algún bocadillo de carne sobrante de la hora del almuerzo de los trabajadores eventuales de paso por la zona, por eso este bar es un verdadero oasis, con hojaldres y todo, ya que poseen una panadería-delicatessen a la vuelta de la esquina.

Cuando vivía en Castropol y el viaje a Oviedo duraba sus buenas cuatro horas, parar en este bonito bar era casi obligado para poner el cuerpo a tono después de tres mil curvas, sabiendo que faltaban otras tantas para llegar a casa.
Gracias a Dios y a las nuevas tecnologías hoy día el viaje se ha reducido a una tercera parte, por lo que se puede hacer de un tirón, pero si andamos de turismo por la zona, conviene hacer planes para que, a eso de la una del mediodía, nos toque parar en Luarca porque un aperitivín en esta barra nos puede dejar un buen recuerdo.
Se trata de un bar cafetería decorado con motivos marineros, moderno, sin demasiadas pretensiones, pero en el que podemos disfrutar de una hermosa terraza cubierta que Álvaro comió al local, lo que da idea de la predisposición que muestra para agradar a sus clientes, algo infrecuente en una zona donde se busca sacar el máximo rendimiento a cada metro cuadrado en esos cuatro días al año en los que todo se llena de visitantes.
Incluso puede que algún día se anime a poner pinchos y tapas originales.

Además de por sus especialidades o tipo de establecimiento, puede buscar más restaurantes en esta u otra zona pinchando aquí. Y no se pierda los entresijos de esta profesión, nuestra prensa amarilla, pinchando en Dramas y comedias de la Hostelería.