Salsa vizcaína de piquillos
La auténtica salsa vizcaína se hace con carne de pimientos choriceros que se ponen a remojo, y luego se rascan con una cuchara para sacar la pulpa.
Esta es una versión para vagos, porque la auténtica, que reconozco que es espectacular, lleva un curro del quince, quizá un par de horas dale que te pego, mientras que esta es triturar y calentar. Bueno, casi.
El sabor no se parece en nada, ni siquiera el color, pero está deliciosa, y con un buen bacalao, hará las delicias de nuestros invitados.
Elaboración
Vamos a empezar como si fuese una vizcaína seria, es decir pochando en AOVE la cebolla y los ajitos, hasta que esta se caramelice, o sea, un buen rato.
Cuando esté bien dorada, se echa en el vaso de la batidora, junto con el tarro de pimientos. Molemos bien y lo devolvemos a la sartén, añadimos las especias y, si tenemos opción, regamos con un poco de brandy que quemamos en la misma salsa, da un sabor muy profundo. Lo del vinagre de Jerez es porque con la cebolla caramelizada, esta salsa sabe demasiado dulce, y el vinagre la equilibra.
Dependiendo el uso que se le vaya a dar, se deja cocer más o menos para que se reduzca a la textura deseada.