Helado de requesón con miel y virutas de limón
El arte de hacer helados ha perdido su protagonismo en la cocina española debido a la invasión de los productos sintéticos elaborados por las gigantescas multinacionales de la alimentación, sin embargo la España mozárabe fue la pionera en Europa en preparar estas delicias importadas de la antigua Persia.
Este postre se puede preparar en casa y es una variante de una receta casera muy habitual de la cocina lucense.
Puesta en marcha:
1. Preparación: Se prepara un almibar de miel calentando esta con unas cucharadas de una infusión al gusto, yo recomiendo manzanilla pero sirve también eucalipto, pétalos de rosa, hinojo o incluso si no hay niños se puede poner en vez de la infusión un poco de Brandy.
Con un rallador fino se sacan virutas de la cáscara de un limón y se conservan en agua fría.
2. Con el rallador de queso se ralla la piel de un limón sobre el requesón, se añaden unas gotas de zumo y se corrige con azúcar al gusto; incluso si se quiere realzar el contraste del dulce de la miel con el amargor del requesón, se puede prescindir del azúcar.
3. Se pone el requesón en la heladera y se deja cuajar; si no se dispone de heladera se puede meter en el congelador y remover con un agitador cada cuarto de hora pero el resultado no es demasiado brillante. Otro truco es repartir el requesón en dos cubiteras de modo a que apenas si lleguen a la mitad de la altura, una vez congeladas se pasan por la batidora y quedan muy bien; lo que ya no queda tan bien es la batidora.
Terminación del plato:
En una copa baja de helado o en un plato de postre un poco hondo se pone una base de salsa de miel.
Con una cuchara heladera se sacan tres bolas de helado que se colocan sobre la salsa.
Con las virutillas que teníamos de limón, se escurren en un trapo y rocían por todo el plato procurando que caigan sobre las bolas.
Se puede ramatar la presentación con un picadillo de frutos secos, avellana, nuez, pistacho, etc.
Guarniciones:
Lo tradicional es acompañarlo con unos barquillos bien crujientes y para ser ya del todo ortodoxos se puede poner una guinda roja al marasquino en el centro de las tres bolas.
Vinos recomendados:
Este postre si que no admite ningún vino, así que si se quiere quedar bien con los invitados, se les recomienda que esperen al café o como mucho pueden tomar un Jerez Solera dulce.
Menús sugeridos:
- - Filloas de centollo sobre puré de pimientos
- - Patatas rellenas de carne y tuétano
- - Helado de requesón con salsa de miel
Tulipas con helado de requesón
En cualquier pastelería digna se pueden comprar tulipas, bien sean de pasta brisa, de bizcocho crujiente o incluso de barquillo.
En cada tulipa se pone una bola de helado de requesón que se rocía de salsa de miel y se espolvorea en la superficie con avellana tostada y molida.
Es una de las formas tradicionales de presentar los helados en la alta restauración.
Helado de avellanas y requesón
Esta receta sirve como base para un sinfín de ellas en las que se pueden subtiruir las avellanas por castañas, nueces, pistachos, etc.
Se trata de que una vez que hemos cogido la técnica de como hacer los helados con el requesón, algo tan facil como malograr el primero, podamos usarla para hacer gran cantidad de postres riquísimos y muy sanos para grandes y chicos.
No hay mas que tomar avellanas tostadas y molidas y mezclarlas con el requesón, si no se quiere usar miel porque a alguien no le gusta, se pone azúcar e incluso se puede aligerar con una clara de huevo batida a punto de nieve.
El toque del limón es importante, incluso a quien no le guste el requesón, si se pone un poco más de zumo de la cuenta, confundirá el ácido del cítrico con el láctico del otro, es un truco bueno para engañar a los niños.
Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.