Pulpo a la plancha o frito
Parece mentira que haya tan poca seriedad en esto de las recetas y que Google, el arbitro mundial de Internet, no se esfuerce un poco en seleccionar aquellas páginas que coloca en sus listados en los lugares de preferencia.
Buscando el mejor nombre para este plato (al final puse los dos), me encontré con que en la primera página de este buscador aparecían diez recetas de pulpo a la plancha, que en realidad no eran pulpo si no de pulpitos, y ninguna con foto, o sea, que en ninguna de ellas se había preparado esta receta y hasta muchas de ellas eran copias unas de otras.
Los pulpitos, para quién no los conozca, son unos octópodos de aguas calientes, del tamaño de las puntillas (3/4 cm), realmente deliciosos, pero que no tienen nada que ver con el pulpo, ni zootécnimante, ni muchos menos como manjar.
Hoy día se vende ya mucho pulpo preparado y de calidades más que aceptables, aunque conseguir un buen pulpo a feira requiere mucha destreza y un producto de primera calidad, pulpo de nuestras costas, lo cual no es asequible para un ama de casa.
Por el contrario con esta receta y con la de Pulpo a la parrilla, solucionamos el problemas cum laude.
La receta.
La tradición exige que el pulpo debe tomarse con vino tinto, a ser posible de uva Mencía. En mi último libro, COMER CON VINO, el Pulpo a feira lo recomiendo comer con un Dominio de Tares Cepas Viejas, un delicioso Bierzo que hace maravillas con este y otros mariscos, sin embargo esta receta la probé con manzanilla Solear y ¡Oh! ¡Qué maravilla! Podría haberme bebido varias botellas y haberme comido un pulpo entero, cosa que no hice por educación y porque mi mujer estaba delante.