Aceite, alimento sagrado
Los Alimentos Sagrados
El hombre, desde que que se le puede considerar como tal, es decir como animal racional pensante, capaz de discernir entre el bien y el mal, ha sacralizado todo aquello que le era beneficioso y, consecuentemente la comida, fue motivo de adoración simbolizando en algunos alimentos básicos la fuerza mágica de un ser supremo que les aportaba la vida.
En este apartado vamos a enumerar algunos de estos productos, quizás los más comunes, y explicar algunas de sus vinculaciones con la masonería.
No obstante y con el fin de no repetir los mismos conceptos, si desean conocer en profundidad el simbolismo de todos estos productos, en el capitulo 5.7. Simbología de los alimentos, ofrecemos una explicación extensa del porqué cada uno de estos artículos fue sacralizado originariamente en las diferentes culturas.
Aceite de oliva, el oro líquido del Mediterráneo.
Como parte integrante de la triada sagrada de los alimentos primigenios, pan, vino y aceite, todas las antiguas culturas se apuntan el tanto de haberlo descubierto, de hecho incluso los griegos, seguidores y por tanto conocedores de las tradiciones del culto a Isis donde el aceite tenía un protagonismo ritual absoluto, introdujeron en su mitología que había Palas Atenea quien lo había creado para proteger a Erecteion en su huida de Poseidon "... capaz de iluminar las noches, calmar las heridas y nutrirle con un alimento rico de sabor y generador de energía".
También Roma, seguidora a su vez de la antigua Grecia, se atribuía a Hércules haber sido el difusor por el Mediterráneo del áureo elemento.
Sin embargo el hecho de que en el Génesis ya se hable de que la paloma trajo a Noé una rama de olivo como mensaje del fin del diluvio, indica que este alimento ya se encontraba en los albores de la humanidad.
En las tablillas encontradas al norte del palacio de Babilonia, situadas temporalmente en el reinado de Nabucodonosor, y atribuidas a La-Ku-U Ki-Nu, príncipe de La-Ku-Du, o sea el príncipe Jakin, apresado en 1597 a. de J.C., se encontraron restos de aceite que seguramente procedían de algún proceso sagrado que conservase incorrupta la madera por mucho tiempo, de momento 3.500 años.
De momento y sin entrar en polémicas históricas que tampoco vienen al caso, lo que sí podemos afirmar es que en las estribaciones del Himalaya, es decir en la actual India, existe una variedad de olivo salvaje (olla chrysophilla) que bien pudiese ser el primitivo árbol, y hay rastros arqueológicos de molinos que demuestran que ya extraían su aceite.
En tiempos más recientes, hace unos cinco mil años, se encuentran también numerosos de estos molinos de aceite alrededor del Mediterráneo, es decir el área de expansión de la primitiva India, y por lo tanto podemos deducir que el aceite acompañó a las culturas primitivas originadas en India en su periplo europeo, quedando absolutamente implantado en todos los pueblos que posteriormente se configuraron en esas costas.
De su presencia en el primitivo pueblo de Israel ya hemos apuntado el detalle de la paloma de Noé, y como en el capitulo 5.7. La simbología de los alimentos expongo numerosas citas extraídas de los libros sagrados del Pentateuco que hacen continúas referencias a él, tanto en su uso alimenticio como en el mágico, pues no voy a insistir en ese aspecto.
Su uso realmente se podía considerar mágico si se tiene en cuenta que se empleaba tanto en medicina, como en alimentación, y hasta en el alumbrado, de ahí que en todos los rituales se hiciesen ofrendas de aceite a los dioses.
En Grecia se establecía el zumo del primer prensado como aceite para cocinar y aliñar comidas, el segundo como ungüento para embellecer y cuidar el cuerpo, y del tercer prensado se obtenía el combustible para la iluminación. Durante la guerra del Peloponeso los famosos y casi míticos olivos del Ática, fueron arrasados, y teniendo en cuenta que este árbol tarda casi cuarenta años en alcanzar su madurez, Atenas no pudo esperar tanto tiempo y su economía se hundió arrastrando consigo una de las más florecientes civilizaciones mediterráneas.
Como fiel discípula de la cultura helénica, Roma tuvo también sus olivos sagrados, en Menafrio, pero para no sufrir las posibles consecuencias de sus vecinos, sus estudiosos cronistas buscaron posibles alternativas, y así vemos como Plinio habla de los olivares españoles como algo sublime: "Después de este aceite de Italia, el debate está entre el aceite de Istria y el de la Bética, debate que no se ha solucionado. Vienen luego las calidades de del aceite de las provincias, exceptuando África, cuyo suelo no produce otra cosa que grano.". Entre estas diatribas vemos como Estrabón afirma que es el hispánico el mejor para el consumo alimenticio, reservando el africano para la iluminación, y el italiano para los bálsamos. Como prueba de la importancia que el aceite tenía en Roma, podemos ver en la obra "De Agricultura" como el gaditano Julio Moderato Columela le dedica varios capítulos, no solo a su cultivo, sino incluso a las técnicas de extracción, conservación y hasta coquinaria.
Actualmente y gracias a los más recientes descubrimientos de su acción reductora del colesterol, a sus cualidades nutricionales y a su cocina podríamos dedicarle un capítulo entero, y aun bastante más, pero no es este el lugar para hacerlo, simplemente apuntar que el aceite de oliva es uno de los mejores fijadores de aromas, y por tanto sus aplicaciones en una cocina que como la masónica debe cumplir simultáneamente los requisitos de sagrada, natural y a la vez sofisticada, es absolutamente imprescindible ya que permite cientos de usos.
Un buen cocinero mediterráneo, y por lo tanto también el masón, debe tener en su cocina varios frascos o botellitas con aceite de oliva de diferente acidez e intensidad aromática, con diversos productos perfumadores en su interior para sus respectivas aplicaciones. Por ejemplo uno fuerte y vigoroso para macerar ajos, curry, azafrán o albahaca. Otros mas jóvenes y afrutados para especias como el estragón, el cebollino, el tomillo o el laurel, con estos se preparan unos deliciosos pescados y mariscos a la parrilla. Hoy día hay jóvenes cocineros muy atrevidos que utilizan el aceite más delicado, el de aromas florales, para macerar especias dulces como la canela o los pétalos de flores, sobre todo de rosas, con las que aromatizar sus postres, lo cual hay que señalar que ya era práctica habitual en las reposterías árabe de hace quince siglos. Incluso existía un importante mercado de exportación de aromatizantes de rosas de Ispahan.
Glosario Esotérico de los Alimentos (extracto)
Aceite: Independientemente de que hoy día se consuman aceites de maíz, girasol, soja o incluso sintéticos, para los masones el único aceite es el de oliva ya que incluso su etimología proviene de esa fruta y no solo en español si no en todas las lenguas occidentales (aceite, de aceituna, o huile (Francés), oil (inglés), y olio (italiano), de oliva).
Por razones evidentes derivadas de su propio uso, el aceite es símbolo de luz y prosperidad, aunque también de pureza, quizás porque sea la grasa más limpia y brillante que existe. También lo es de sabiduría, de vigor y de resistencia porque alimenta la luz y el fuego.
En nuestras logias se derrama como señal de paz y se utiliza en la consagración del rito de Emulación así como ingrediente de la mezcla purificadora en la recepción del grado 14º del R.·.E.·.A.·.A.·.; en el 5º del Rito Francés se pasa por el corazón, frente y labios como signo de Dulzura, Sabiduría, Fuerza y Belleza que debe tener los Grandes Elegidos.
Símbolo de bendición divina en todas las culturas mediterráneas, el aceite está presente en la Biblia en continuas aceptaciones siempre benéficas como podemos ver en las continuas menciones que a el se hace. En el Levítico, manual de los ritos sagrados y quizás el primer libro de gastronomía de la historia, se nos muestra incluso como se debía de consumir: "mas si ofrecieres ofrenda de flor de harina cocida en el horno, han de ser panes sin levadura, amasados con aceite y lasañas, también sin levaduras untadas con aceite. Si tu ofrenda fuere de cosa frita en sartén, será de flor de harina amasada con aceite, sin levadura, y la desmenuzaras y echaras aceite sobre ella. Y si la ofrenda se hiciere de cosa cocida en parrillas o cazuelas , estará igualmente la flor de harina amasada con aceite..." (Lev. 2, 4, 5, 6, 7) .
Pero sus presencia va mucho más allá de sus funciones alimenticias y de iluminación: "Dijo también a Aser: bendito sea en su prole. Será agradable a sus hermanos y bañará en aceite sus pies" (Deut. 33, 24)
La unción de aceite es considerada como un acto directo de Dios: "Tomó, pues, Samuel el cuerno del óleo que había traído y ungióle en presencia de sus hermanos, y desde aquel día en adelante el espíritu del Señor quedó difundido en David..." (1 Samuel, 16, 13). Aquellos que han recibido la unción están a salvo porque esto significa que están bajo la protección divina: "De ningún modo lo mates; porque, ¿quién podrá alzar, sin pecado, su mano contra el ungido del Señor?... líbreme Dios de levantar mi mano contra el ungido del Señor." (1 Sam. 26, 9 y 11). La palabra hebrea que significa ungido es la que da la transcripción de Messias cuya traducción al griego es: Christos, por eso desde el cristianismo más primitivo se une la unción al bautismo: "El espíritu del señor sobre mi, por lo cual me ha ungido" (Lucas 4, 1) y así incorporando toda la tradición antigua, en el cristianismo el aceite aparece continuamente como el principio y fin de la vida, el alfa y la omega que abre y cierra la vida espiritual de los hombres desde su bautizo hasta los santos óleos de su muerte.
En las religiones sintoístas el aceite juega un papel de indiferencia primaria ya que el origen de las aguas es precisamente el aceite, es decir que las aguas primordiales donde se configuró la primera forma de vida, era aceite. Ese papel de neutralidad es curiosísimo si lo vemos en la actualidad aplicado a la electricidad, la fuente energía esencial por excelencia, de la que el aceite es un aislante perfecto. En la Ciencia Hermética el aceite juega un papel de unión, como de intermediario entre polos opuestos inencontrables, es el fluido que puede vincular las energías opuestas. Según Claude de Saint-Martin es un símbolo de lazo, de vínculo mediador, "lien intermediére", compuesto de cuatro substancias elementales que le confieren relaciones activas con los cuatro puntos cardinales. Interesante visión de un alquimista si tenemos en cuenta que hasta el siglo XX no se conocían los principios de la electricidad.
En la masonería la llama del fuego eterno debe ser una lamparilla de aceite de oliva, algo que a pesar de ser realmente económico y de aportar un perfume muy insinuante al taller, en algunas logias no se respeta.
En el estudio de la aceituna y el olivo hablaremos de sus orígenes, pero aquí quiero apuntar una contradicción que puede resultar un error histórico debido a un pecado de chauvinismo helénico: Herodoto afirmaba que en Babilonia aun no existía el aceite, quizás para acercar más su descubrimiento a su cultura griega, sin embargo en los primeros alfabetos hebreos, mejor dicho alefatos, después de las letras Aleph (que significa buey), Bêta (casa) y Gamal (camello), la cuarta letra es Zaï, que quiere decir olivo, lo que evidentemente prueba su vital importancia ya desde el orígenes de estas culturas superiores prehelénicas, génesis histórica, al menos filosóficamente, de la masonería.
Gastronómicamente hay una referencia importante a sus virtudes que hace Moisés cuando narra las excelencias de la tierra a la que Javeh llevó a hombros a Jacob: "Hízolo dueño de una tierra superior y excelente, para que comiera los frutos de los campos,... y gustara el rico aceite de los olivos que se crían entre las más duras rocas".
En el capítulo 5.4. Los Alimentos sagrados, damos una somera explicación de como debe estar presente el aceite de oliva en la cocina masónica por razones dietéticas que en este apartado de simbología no podemos exponer debido a la extensión del tema.
Otros aceites alimenticios habituales son los extraídos de: aguacate (hueso), alazor, algodón (semillas), almendras, avellanas, cacahuete, calabaza (semillas), coco, colza, maíz, nuez, palma, piñones, sésamo, soja y uvas (pepitas).
Aceituna: (ver Olivo y Aceite) Es extraño como existiendo una verdadera mitología tanto acerca del árbol que la genera como del producto que de ella se obtiene, de las aceitunas propiamente dichas apenas hay referencias simbólicas en ninguna parte. Evidentemente si el olivo es símbolo de paz, y de victoria y el aceite lo es de luz y de protección divina ¿no podríamos asociar el papel de la aceituna al de la Virgen María? Situada entre la grandiosidad del todo poderoso y casi inmortal olivo y el fruto de su carne, el aceite, la humilde aceituna acepta resignada su destino casi pasivo entre tanta potencia divina.
No está presente en ningún ritual, sin embargo es el vínculo entre la divinidad originaria y el hombre mortal.
La aceituna en su estado natural no es comestible y necesita un proceso de depuración en salmuera para poder ser consumida. Quizás la necesaria intervención de la sal, un artículo tan escaso como preciado en la antigüedad, le restase protagonismo. Incluso en el plano simbólico es como si esta fruta negra necesitase ser depurada por un elemento tan mágico como la sal para que el hombre pudiese ingerirla.
Salvo en español cuyo nombre es tomado del árabe "az-zaitüna", en el mundo entero esta fruta es conocida por los distintos derivados del latín "oliva", lo que indica que fue la cultura árabe quien divulgó popularmente su consumo en nuestro país, así pues ¿No cabría preguntarse si tendrá algún simbolismo en el mundo islámico que nosotros desconozcamos? La cultura islámica, que está mucho más cerca de los placeres carnales y que no solo los permite sino que incluso bendice este concepto de la vida, chocó frontalmente con las culturas cristianas que ya desde su origen, cuando aun era maravillosamente ecléctica y liberal, al proceder del judaísmo también reprimió los placeres sensuales. Por todo ello apunto que quizás exista un simbolismo en ese terreno que al haber sido condenado por la castidad hebrea nunca nos haya sido transmitido. Quizás el hecho de que sus semillas apenas sirvan para dar nuevos arboles no le haya conferido ese carácter de fecundidad que coincide en todas las frutas sagradas. Yo dejo constancia de que a pesar de no haber encontrado hasta ahora simbología alguna, sin embargo me parece muy extraño que siendo un nexo imprescindible entre dos elementos tan sagrados como el olivo y el aceite, esta no aparezca por ningún lado.
Olivo: "Envió también después de él la paloma, para ver si ya se habían acabado las aguas... Mas ella volvió a Noé por la tarde, trayendo en el pico un ramo de olivo con las hojas verdes...", (Génesis 8, 8 y 11) esta cita bíblica nos sitúa el olivo en el origen de nuestra era y prueba de ello es que en las primeras escrituras de todas las culturas mediterráneas ya aparece el olivo, siempre vinculado a asuntos sagrados.
En unas tablillas situadas durante el reinado de Nabucodonosor encontradas en el palacio del sur de Babilonia, se hace mención de la entrega de raciones de aceite a La-Ku-U-Ki-Nu, príncipe de La-Ku-Du, es decir el joven rey hebreo Jackin hecho prisionero en 1597 a. de J.C.
Desde el propio rey David, el olivo y su correspondiente aceite* han sido considerados como el más preciado de sus tesoros y todas las culturas lo han hecho participe de sus mayores gestas.
Hace más de seis mil años en el antiguo Egipto fue la diosa Isis, esposa de Osiris, quien creó este árbol y enseño a su pueblo como usarlo para obtener su aceite.
En la antigua Grecia Palas Atenea hizo crecer olivos desde el carro de Poseidón hasta entre las ruinas del templo de Erecteion.
En medicina se usan sus hojas en infusión para combatir las inflamaciones del estómago, bajar la fiebre, regularizar las evacuaciones, y reducir la tensión arterial. El aceite de oliva es también un buen laxante, linimento y contraveneno.
En el apartado 5.5.1. El aceite de oliva, oro líquido para todas las culturas mediterráneas. del capitulo 5.4 los alimentos sagrados, y en los vocablos Aceite y Aceituna se puede encontrar información más extensa sobre las distintas simbologías de este árbol.
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