Cultura gastronómica
Mañana día once de Enero, se presenta en el restaurante Toñi Vicente de Santiago de Compostela, el libro España Gastronómica, una gran obra editada por la revista Restauradores, en la que podemos ver región por región, la vastísima cultura de nuestro país a través de sus respectivos platos, vinos, etc.
En esta publicación, sin duda la más completa y excelente de todas las que se han llevado a cabo en su género en España, además de la información sobre sus bodegas y restaurantes, cada capitulo, uno por cada comunidad, viene precedido por un amplio estudio de la cultura coquinaria de la correspondiente región y un servidor que ha tenido el honor de cubrir la información sobre Galicia, se asombra como es posible que aún existan en nuestra sociedad, energúmenos que, viviendo de la hostelería, no comprendan que gastronomía es cultura y no un artilugio inventado por algunos escritores para vivir del cuento.
La gastronomía es una de las manifestaciones culturales más vivas y representativas de un pueblo, de una sociedad y de un tiempo; por eso cuando un país o una comunidad no presta la suficiente importancia a esta expresión tan manifiestamente clara del pensamiento popular, es que no siente ningún tipo de interés por sus raices, por su personalidad y en definitiva por su cultura.
Hace unos días el pregonero de la feria de los capones de Villalba de este año, mi buen amigo el doctor Jose Luis Pereira, profesor de cirugía de la facultad de veterinaria de Lugo, me preguntaba como era posible que una ciudad cuya leyenda turística es "Y para comer Lugo", no disponga de un aula de gastronomía en que se investiguen nuestras auténticas recetas y tradiciones gastronómicas, con las que poder asesorar a profesionales y consumidores de que es lo realmente nuestro y reconocer las influencias foráneas para rechazarlas o al menos aceptarlas como tales. Yo no pude contestarle. Le dije que se lo preguntase al presidente de la asociación de hostelería, al alcalde, al presidente de la diputación, al consejero de cultura o al Lucero del Alba, yo humildemente hago lo que puedo desde estas páginas que escribo cada domingo, si sirven o no para algo, son lectores son quienes han de enjuiciarlo, yo solo puedo ofrecer mi colaboración y mi trabajo, pero las decisiones las toman los responsables de la administración.
El caso es que la vida sigue, los traficantes de comida ni se molestan en leer lo que se publica sobre nuestra cultura gastronómica y siguen medrando a costa de los sufridos consumidores que a fuerza de comer lo que les echen, ya se han acostumbrado a todo. Quizás el día de mañana la casa Mc Donald's ponga un establecimiento en la Plaza de santo Domingo y como plato típico de Lugo venda "amburguesiñas con queixo".
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