Manzanas asadas con almendras
Es tiempo de manzanas, y como mi suegro nos baja de su pomarada una bolsa llena, un día sí y uno no pues para poder comerlas con esta dentadura de mierda que tengo, pues las tengo que asar, y no es ningún sacrificio, se lo aseguro, porque están deliciosas.
Aunque no se lo crean, esta fue la primera receta que preparé en mi vida, no sé si a los doce o catorce años, pero sí que la saqué de una novela que se titulaba “No solo de caviar vive el hombre”, de Johannes M. Simmel, así que ya pueden imaginar que reviste poca dificultad.
En mi pueblo, cuando se hacían matanzas, en la olla en que se cocía el tocino para fundir y hacer grasa con la que conservar los chorizos y morcillas, se metían unas manzanas que se cocían durante horas, y era una golosina como no he vuelto a probar.
Elaboración
En un bol, ponemos a templar la mantequilla, mientras picamos las almendras y, cuando la mantequilla esté maleable, las incorporamos junto con el azúcar (reservamos un poco para tostar) y hacemos una masa.
Con la ayuda de un descorazonador, sacamos un cilindro de cada manzana con las pipas. Este hueco se rellena con la mantequilla de almendras y se mete una astilla de canela.
Deben hornearse unos 45´a 180ºC, pero como cada horno va por libre y encima hay casi un centenar de variedades de manzanas asturianas autóctonas, pues lo mejor es usar este tiempo solo de forma indicativa, porque será el color tostado de cada pieza lo que nos marque el punto.
Se sacan del horno, se pintan con mantequilla, se espolvorean de azúcar y se carameliza con el soplete.
A mi me encanta servirlas sobre una cama de nata recién montada con ralladura de naranja, es una combinación histórica.
Maridajes
No hay nada igual a un moscatel de Setúbal bien frío, bien sea el Bacalhôa o el Thasos, mis dos favoritos por sus aromas a orejones de albaricoque.
En Portugal hay otros como los de Lisboa y los de Douro, pero para mí no hay comparación, y están muy bien de precio (≤8€/bot. 750ml), pues para qué darle más vueltas.
Tampoco es tontería un tinto dulce, por ejemplo un Oporto LBV, que tampoco se salen de precio (≤15€/bot.750ml) y hasta podemos añadir un chorrito en el hueco de la manzana, aunque algún comensal se puede desmayar del gusto.