Higos gratinados
Ya de antemano he dicho que es un postre de alta cocina y aunque su presencia resulte muy simple (la foto de la primera página pertenece a mi libro La Cocina de Otoño que se aparecerá en castellano el mes que viene, Dios mediante, y corresponde concretamente a este postre), lo cierto es que resulta bastante difícil de lograr con cierto éxito.
Por eso voy a explicar primero el principio en que se basa la salsa sabayón, que eso sí, una vez pillado el truco, podemos usarla para hacer mil postres de frutas suculentos y exquisitos.
Elaboración.
Es una salsa compuesta de huevo, azúcar, nata y un aromatizante, generalmente vino o licor, que se debe cuajar en textura de crema pastelera y luego se gratina con la fruta, lo que ofrece un postre caliente sumamente aromático y elegante.
Pero tiene un gran riesgo y es que si no se cuaja previamente bien al baño maría, al meter al horno el huevo se cuaja como una tortilla y el licor y la nata quedan desligados como si fuesen una sopa, o sea, algo bastante asqueroso.
Pero a su vez hay que ligar con mucho cuidado el sabayón antes de gratinar, porque si nos pasamos de calor, esa misma calamidad podría ocurrirnos en el cazo.
Pero tiene un gran riesgo y es que si no se cuaja previamente bien al baño maría, al meter al horno el huevo se cuaja como una tortilla y el licor y la nata quedan desligados como si fuesen una sopa, o sea, algo bastante asqueroso.
Pero a su vez hay que ligar con mucho cuidado el sabayón antes de gratinar, porque si nos pasamos de calor, esa misma calamidad podría ocurrirnos en el cazo.
Una vez hechas las advertencias, vamos a los fogones.
El día antes se ponen los higos limpios, pelados y partidos al centro a macerar en el ron, aunque no conviene pelarlos con demasiado esmero porque los higos en esta época tienen una piel muy fina y deliciosa (en realidad yo solo les quito la parte del rabo).
Antes de empezar a preparar el postre, se calienta en un cacillo un poco del ron de maceración y se quema por encima de los higos, es una forma de precalentarlos y eliminar el exceso de alcohol.
Para la salsa de gratinar ( lo que llamamos sabayón) ponemos en el vaso de la Turmix las yemas de huevo con el azúcar y se bate a velocidad mínima, poco a poco se le añade el ron que estará bien caliente y la nata que también habremos calentado en un cazo hasta hervir. Debe quedar como una pomada.
Una vez así, en un cazo metido al baño María, se vierte este batido y se sigue removiendo al calor hasta que veamos que empieza a tomar cierta consistencia cremosa, entonces se apaga el fuego y se reserva.
En cada plato se colocan seis mitades de higo con la parte abierta hacia arriba y en el momento de servir se rocían con la salsa sabayón por encima y se gratinan en el horno a tope de potencia.
No necesita mas adorno porque los colores dorados del sabayón gratinado son tan hermosos que sobra todo adorno, aunque una hoja de menta nunca sobra.
Debe ponerse un plato debajo porque algún despistado podría achicharrarse un dedo al tocar el horneado.
Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.