Anguloides de soba a la bilbaína
En más de una ocasión me habrán leído lo que opino de esa porquería llamada “Gula del Norte” y quson vulgares fideos de surimi.
En mis tiempos de estudiante, cuando aún no habían inventado esta cosa y no había dinero para comprar angulas, pues aprovechaba el agua de los mejillones para cocer unos espaguetis, que luego dejaba enfriar, y los usaba ya a guisa de “Gulas”, solo que mucho más ricas, saludables y económicas, porque las gulas cuestan a 25€kg, mientras que mis anguloides, salen a 0,8€/kg.Hoy le he dado una vuelta de tuerca a mi invento y he usado fideos soba, ya saben, los del Fideos fríos (Mori-Soba), que mi chica puede comer porque son de harina de alforfón, así que no contienen gluten. Muy interesante resultado.
Preparé unos Mejillones al vino , y el recogí el caldo en un cacito con un chorrito de salsa de soja. Allí cocí mis fideos, solo dos minutos, y dejé enfriar en ese agua para que chupasen el sabor.
Cuando m i chica los probó dijo que estaban muy graciosos, pero según los iba comiendo, su valoración iba cambiando hasta que al final dijo ”Te felicito Pepín, están deliciosos, sorprendentes” Roma locuta, causa finita.
Elaboración
Ponemos a hervir el fumet y, cuando esté listo, añadimos los fideos partidos en tres trozos. Basta con dos minutos en vez de tres porque vamos a dejarlos enfriar en él para que chupen todo el sabor.
Podemos enfriarlos en la nevera, pero tampoco es necesario porque se van comer calientes, pero si conviene meter el bol que los contiene, en un baño con hielo, porque es durante el enfriado cuando penetra el sabor en el fideo.
Al momento de comer, escurrimos en un colador los fideos. Mientras cortamos en láminas los ajos y en rodajas la guindilla, procurando retirar bien todas las pepitas para evitar el exceso de picante, los metemos en una sartén con AOVE y ponemos a calentar hasta que se doren.
Cuando el AOVE esté muy caliente y los ajos doraditos, separamos la sartén del fuego y añadimos los fideos. Si chisporrotean mucho, se tapa la sartén hasta que pare el tiroteo y se reparten en los platos de barro en los vamos a servir, como si fuese auténticas angulas del rio Oria.
Maridajes
Por supuesto que un blanco ¿pero cual? Para mi gusto sin duda un buen Txacolí de Guetaria. A mí me gustan los de viejo cuño, los que saben entre vino y sidra, como el Zudugarai o el Agerre, aunque abro una excepción con el K5, uno de los de nuevo cuño pero con un recuerdo a los sabores tradicionales.