Lubina con piñones
Como ya hemos comentado en el capitulo de los pescados, es bastante dificil encontrar lubinas salvajes en estos días, y en realidad lo que nos llegan son las de criadero, aunque en muchas pescaderías las rebauticen como roballizas o furagañas, para ver si cuelan mejor, y aunque están bastante buenas, es mejor darles algo de gracia.
En una sartén rehogamos los piñones hasta que empiecen a dorar (de esta forma desprenden mucho mas sabor), y ya fuera del fuego, añadimos un buen puñado de perejil, previamente lavado y picado a cuchillo, y con un tenedor vamos aplastando casi todos los piñones.
En una rustidera, ponemos las lubinas que habremos lavado bien (a mí me dan mucho asco esas aguas de piscifactoría), y rociado por el interior del vientre con un poco de sal gorda y abundante limón y por fuera con un chorrito de aceite.
Se hornean a 200º durante diez minutos.
Una vez así (estarán casi hechas) se rocían con el aceite de piñones y perejil, y se conservan en el horno apagado durante otro cuarto de hora.
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