Los platos de pescado de mi madre
Hemos seleccionado de nuestro recetario, aquellos platos que han hicieron famosa la cocina del Horno de Santa Teresa fuera de nuestras fronteras. Pinche en su plato preferido y aparacerán en su pantalla todos los pasos los trucos para lograrla con éxito.
Quienes conocieran aquel famoso restaurante, echarán en falta platos tan tradicionales como el Rodaballo trufado. Un poco de paciencia, por favor, estamos en ello. Inconvenientes de los procesos de reforma. Como dice el MOPU: trabajamos para usted (en el apartado de Pescados, hay un montón de recetas más).
Para mi madre el respeto a los sabores primarios, o sea, al producto, era casi obsesión, por ello todas sus salsas eran relativamente ligeras y absolutamente naturales (salvo los espárragos y las aceitunas, no creo que en su cocina entrase jamás una lata de conserva, porque hasta la salsa de tomate la hacía ella con los que recolectaba en verano en sus fincas de Los Negrales y Colmenar del Arroyo).
En aquel Madrid de los años sesenta ya se podían conseguir pescados con una frescura digna de puerto de mar, de ahí su protagonismo en la carta, aunque cuando veníamos a Asturias o a Santander (ella era pasiega y tiraba para su tierruca), se volvía loca comiendo sardinas al espeto o esos pescados de roca que no llegaban a la capital por ser tan baratos que no compensaba el transporte. Si levantase la cabeza y viera el precio que tienen hoy los pixines (rape) y los tiñosus (cabrachos), seguro que volvía a morirse del susto.
Verán que abusa del horno, pero es que de ahí le vino el nombre a su restaurante, Horno, por lo que le gustaba esa forma de cocinar y de Santa Teresa, porque estaba en esa calle, aunque muchos años después, en los ochenta, a esta santa la hiciesen patrona de la gastronomía por aquello que decía de que Dios andaba también entre los fogones.