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Nuestro penoso estado de derecho

 

Marzo 2009

“Sin estado de derecho previo, la democracia es una entelequia” (Ralph Dahrendorf , catedrático de filosofía política, miembro de la Cámara de los Lores, secretario de Estado de Rep. Fed. Alemana, miembro fundador de Comunidad Europea, Premio Príncipe de Asturias, en definitiva, la figura más relevante en sociología contemporánea de nuestro tiempo).

Dicho en plata, que si nuestra Justicia no funciona, el resto de las instituciones serán un burdel. Sanidad, Educación, Servicios, Obras públicas, Ayuntamientos, etc., serán junglas en las que gobernará el más indeseable y sin escrúpulos personaje de la banda.

Durante décadas, los españolitos que sufrimos el oprobio de la dictadura, pensamos que la Democracia sería el final de nuestras penalidades, y por eso luchamos hasta dar con nuestros huesos en la cárcel, pensando que todo sacrificio valía la pena en pos de la Libertad ¡Inocentes!
Esta, la democracia, llegó (teóricamente) con la entrada en vigor de la Constitución, el 20/12/1978, hace ya más de treinta años (¡vaya tela! Parece que fue ayer y ya llevamos dos generaciones de españolitos demócratas), pero ¿Para qué?
Pues, desgraciadamente, para nada, porque esto es más un circo que una entelequia, pero en el que los payasos se llevan una pasta, y nosotros tenemos que verlos y pagar la entrada por huevos.  Montaje de la Estatua de la Libertad
El fútbol es más droga de masas que cuando lo fomentaba el Caudillo, los poderes fácticos siguen imperando y gobernando nuestra sociedad, solo que ahora, además de la Iglesia, la Justicia, el Ejercito (bueno, ese, afortunadamente, ya pinta poco, aunque nos cueste miles de millones de €uros),  y la Corona, tenemos como prebostes de nuestro destino, al Poder Económico de la Banca y grandes capitostes, y a la prensa canalla, que en realidad no es si no un brazo más alargado de los penúltimos, porque a ver en qué periódico han leído ustedes críticas que denuncien los continuos abusos que cometen las grandes superficies (las campañas publicitarias de El Corte Inglés, Eroski, o Carrefour, mandan más que los directores ¡que me lo digan a mí! que me despidió un pringadillo director comercial de una bodeguita).
Actualmente en España, a pesar de lo que dicta la Constitución, hay cinco clases de ciudadanos, a saber:


•    4ª Clase: contribuyentes de a pie. Somos el escalón más bajo de la sociedad, los parias, la tropa de leva, los siervos de la gleba. Personas que, además de trabajar para sostener la economía del país y dar de comer al resto de clases superiores, solo tenemos obligaciones y ningún derecho, ni siquiera a la presunción de inocencia, como los de la Clase 3ª, porque ante la Agencia Tributaria, Cuerpos de Seguridad del Estado, Jueces, etc., somos nosotros quienes tenemos que probar nuestra inocencia.
•    3ª Clase: delincuentes, emigrantes ilegales, gitanos y terroristas. Por circunstancias no muy claras que apuntan a condicionantes político-demagógicos, esta clase no tiene obligaciones pero sí derechos. Por ejemplo obtener el permiso de conducir sin saber leer, cobrar del Estado por llevar sus hijos al colegio, obtener viviendas gratuitas, conducir sin seguro y sin ITV porque la DGT no les para, maltratar a sus mujeres y comerciar con sus hijas impunemente, quemar por diversión autobuses y mobiliario urbano pagado por nosotros, etc.
•    2ª Clase:  políticos y mangantes ¡huy! Perdón, magnates (Banca, Multinacionales, etc.). Por razones diferentes a la clase anterior, los ciudadanos pertenecientes a este grupo pueden saltarse las leyes a la torera y disfrutar de privilegios escandalosos, ya que son ellos quienes se autorregulan y negocian protocolos, prebendas y compromisos, a los que las clases inferiores no tenemos acceso, aunque sí sufrimos las consecuencias de sus desbarajustes, y si no, comprueben quién ha provocado esta crisis y quién la está sufriendo.
•    1ª Clase o sui juris (que se juzgan a sí mismos):  curia pontificia, jueces, Hacienda y cuerpos de Seguridad del Estado. Con la Iglesias hemos topado, se decía antes, ahora topamos con toda esta camarilla de parásitos que, lejos de cumplir las funciones por las que cobran de nuestro bolsillo, nos persiguen y disfrutan insultándonos y vilipendiándonos. ¿Como es posible que, cada vez que tengas un juicio, el abogado nos diga: “Si nos toca el del 5, ganamos seguro, pero si nos toca el del 8, la cagamos?” ¿Acaso tienen leyes distintas en cada juzgado, o es que los jueces dictan las sentencias que les salen de sus partes? Claro que como en caso de prevaricación, soborno y otras procacidades habituales en la profesión, hay un órgano superior, el C.G.P.J., cuya función es legitimar los crímenes cometidos por los jueces, pues viva Dios. También están los obispos y cardenales, curia que no ha pedido perdón por los genocidios llevados a cabo por la institución que más inocentes ha asesinado en la historia de la Humanidad, y que, encima, pueden calumniar impunemente a los parias científicos, llamándoles asesinos de niños y enfermos, por intentar hacer nuestra vida un poco más llevadera.  Y de Hacienda, pues ya ni hablamos.
•    Plus ultra o sui generis  (de un género propio): Casa Real. De esta tampoco hablamos, porque si acaba de conceder el título de Real Academia Española de Gastronomía a una asociación ilegal, con evidente animo de lucro personal del Sr. Ansón & Cº, pues vamos a callar no vaya a ser que nuestro monarca siga los paso de sus bis tatarabuelo, que se limpió el culo con la Constitución, reinstauró la Inquisición y, cuando el pueblo le dijo que ese no era el trato, contrató a un ejercito de mercenarios, Los Cien Mil Hijos de San Luís, que pasó a cuchillo a media España y saqueó pueblos, palacios, iglesias y todo lo que pilló por delante. Por cierto, que, la Casa de Borbón, tampoco ha pedido perdón a los españoles por haber provocado, el bastardo de Fernando VII, millones de muertos inocentes españoles (guerra Carlista, Guerra Civil y hasta ETA). Digo chitón, porque como levanten la veda, ya me veo paseando por Avilés, encadenado, con sambenito y capirote, camino del cadalso.

- Oiga usted - exclama un lector con barriga de canguro- ¿es que piensa usted convertir esta web gastronómica en un panfleto político?

- Pues no señor, pero cuando me llega un comunicado como el que ha publicado el boletín de noticias del ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior, pueden verlo pinchando aquí), órgano dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, o sea, el que pagamos los parias de la 5ª clase, como usted y como yo, por el cual se ha firmado un acuerdo con la ya citada organización del Sr. Ansón para hacerle algo así como embajador de nuestra gastronomía en el mundo, pues se me quitan las ganas de escribir cosas bonitas.

Además me han timado 184 € en una compra por Internet y los servicios de Denuncia por Delitos Telemáticos es tan lamentable, que he tenido que ir a cuartelillo de la Guardia Civil, como cuando gobernaba el invicto Caudillo, así que estoy muy cabreado.

Escrito por el (actualizado: 02/10/2013)