Nuevos Gamoneus

Es un hecho irrefutable que cuando el lobo puede campar a sus anchas, sus camadas proliferan como ratas, hasta el punto de que en estos momentos, en el parque de Covadonga, estos ya han llegado a expulsar a las colonias de jabalís, la cuales para sobrevivir, arrasan las huertas de la vega, y cada día son más los pastores que, además del brutal trabajo que ya de por sí implica el elaborar y transportar sus quesos desde la montaña, al ver como encima sus vidas peligran, están abandonando este tradicional oficio.

El asunto es socialmente muy grave, pero en lo que a estas páginas concierne, o sea, la gastronomía, lo que denunciamos es la posible desaparición del queso Gamonedo, lo cual también sería penoso.

Pero hay más, porque si bien la forma tradicional de hacer estos quesos, aún sin lobos, ya es de por sí sobrehumana, sin embargo se podrían buscar alternativas semiindutriales que mantuviesen los rasgos organolépticos de su tipología, pero como por aquí todo va manga por hombro, pues mientras hay queseros de Cabrales que venden sus productos como Gamonedos al doble de precio que si llevasen contraetiqueta del consejo regulador, otros paisanos los malvenden a traficantes de comestibles porque no existen canales comercialización.

O mejor dicho, los que hay, o más puntualmente, el que hay, supuestamente creado por la administración para promocionar las queserías artesanas, no solo no cumple con su cometido, sino que encima desbarata las escasas iniciativas privadas para intentar crear así una especie de monopolio.

No hay legislación alguna, y salvo que alguien le parta la cara por sinvergüenza, usted puede tranquilamente venir cualquier domingo al mercado de Cangas y vender quesos daneses de a 1.000 pesetas el kilo, con un cartelín que diga «Auténtico Gamoneu, a - 3.000pts/Kg».

Hace tres o cuatro años un joven matrimonio creyó en los planes de ayuda a las nuevas queserías, y montó un tinglado con ganado propio (cabras, ovejas y vacas), unas instalaciones impresionantes, con los más avanzados y sofisticados métodos de higiene para la elaboración y curado, con una finca de treinta hectáreas, lo que por aquí es un fincón, en resumen, pusieron toda la carne en el asador para sacar adelante un Gamonedo de máxima calidad, con tres leches de pasto, sin pasteurizar, y con todas las garantías sanitarias.

Tras tres años de martirio solo han recibido del Principado continuas e insidiosas inspecciones. ¡Que bien harían, si en vez de molestar a quien saben que trabaja dentro de la ley, revisasen los productos con que algunos desaprensivos trafican en mercadillos, y hasta en no pocos comercios de esos que deslumbran con sus luces de halógeno!

Este es solo un ejemplo, el de Consuelo y Javier, y su excelente Gamonedo Ermita de Corao, pero hay otros muchos que ni siquiera se atreven a contar lo que está pasando en Asturias con esas nuevas queserías que la anterior administración tanto promocionó.

A nosotros, los consumidores, a ellos, los queseros, y en general a todos los buenos asturianos, la política nos trae al fresco, perder nuestros buenos productos, no.

(La quesería citada cerró en 2001, perdiéndose la mas seria producción de queso Gamoneu. En 2003 se ha obtenido la D.O. y en 2004 la administración se está planteando medidas protectoras para que no desaparezca totalmente su producción).

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