Gelatina de naranjas

Creo que lo único bueno que hizo en su vida mi cuñada Luz, fue un postre de gelatina de naranjas que encantaba a mis hijos cuando eran niños (espero que ya hayan educado el gusto).

No sé como lo hacía y prefiero no recordarlo, pero sí sé que usaba polvitos aromatizados de esos de la marca Royal a los que hago mención en la carátula de este apartado, de modo que esta receta no tiene nada que ver (les pido perdón por la chorrada, tenía que soltarlo...).

La Receta. Puesta en marcha 

Exprimimos el zumo de las naranjas y, sin colar, lo alargamos con agua hasta el medio litro largo, casi 3/4. Añadimos el azúcar, la gelatina y hervimos durante un par de minutos.

Mientras se enfría, batimos las claras de los huevos y, cuando estén a punto de nieve, incorporamos poco a poco el sirope que hemos preparado, homogeneizamos bien y vertemos el contenido en los seis moldes o tazas que habremos previsto con anterioridad.

Con apenas un par de horas de nevera ya van que chutan (el agar agar tira tan rápido que en media hora ya se habrán solidificado y resisten muy bien la temperatura ambiente).

Es importante que estén el menor tiempo posible en la nevera porque no sé porqué extraño sortilegio, las gelatinas atraen para sí todos los malos olores, de modo que incluso conviene preservarlas con papel film.

Terminación del plato 

Para el adorno se puede usar la consabida nata montada, o los no menos estereotipados gajos de naranja glaseados en almíbar, pero ya saben, los postres admiten todo tipo de decoración y en concreto, a los de naranja les va de perlas el chocolate negro (por ejemplo en virutas) y las hojas de menta fresca (no se quejarán, que ideas ya tienen para hacer una virguería).

Variaciones de la receta 

Esta receta les debe servir de base para toda una serie de postres basados en la misma fórmula, por ejemplo cambiando la naranja por kiwis, frambuesas, melón, pomelo, etc. Incluso hacer capas de dos sabores, kiwi y frambuesa resulta espectacular.

También se pueden añadir frutos enteros, como grosellas, para enriquecer la vista y hacer más divertido el consumo.

Echen un vistazo a la Bavaroise de Fresas, es una variación deliciosa. 
 

Vinos recomendados 

Un moscatel ligero, de esos de nueva generación que recomendamos en vinos especiales, puede ir bien, pero mejor aún, un té a la menta bien fresquito, o incluso uno con bergamota, los comeercialmente llamados Earl Grey.

Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.