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Salmonetes a la plancha

Salmonete a la plancha
 
Salmonete a la plancha

Noviembre 2011

INGREDIENTES (4 personas) 

4 Salmonetes de 400Grs/pieza
aceite de oliva virgen y sal marina.

 Para muchos ictiófagos el salmonete es uno de los manjares más exquisitos del mar, de hecho en la antigua Roma se consideraba como el rey de las grandes mesas.

Hay dos clases que los pescaderos españoles no suelen diferenciar (porque no les da la gana, claro), el Salmonete de Fango (Mullus barbatus)y elSalmonete de Roca(Mullus surmuletus). Hay un tercero, el Salmonete de banda amarilla (Mulloidichthys flavolineatus), pero que no se encuentra en nuestros mares ni en nuestros mercados, de modo que no vamos a comentar nada de él (el salmonete de roca también una banda amarilla, pero es más fina y el lomo es rojo brillante, mientras que el surmuletus es blanquecino, aunque también muy codiciado por los grandes grastrónomos de los países donde se pesca).

Respecto a los primeros citados, obviamente los de roca son mucho más finos, tersos y sabrosos que los segundos, pero no es oro todo lo que reluce, porque también influye mucho la riqueza de su alimentación, y así he probado salmonetes de fango deliciosos porque pastaban en lechos arenosos muy ricos en pequeños crustáceos. Se reconocen porque tienen el morro achatado, como si se lo hubiesen aplastado de un palazo. 
De todas formas el consejo genérico que les doy, es que busquen piezas grandes, siempre son más sabrosas que las pequeñas, aunque los listos de barra suelen decir aquello de que los peces pequeños son los más ricos.
En cuanto a su cocina es realmente extensa y los jóvenes cocineros asturianos han aprovechado este regalo del Cantábrico para hacer preparaciones realmente originales y exquisitas. Para mi gusto, al ajillo es una de las formas más sencillas y deliciosas, pero cuando se pillan grandes piezas, simplemente a la plancha ya son un regalo. 

La receta 

Hacer un pescado a la plancha no tiene más misterio que conocer esta y saber calibrar el fuego y el tiempo respecto al calibre del pez. Ni más ni menos, que no es poco.
Yo acostumbro a trabajar con el fuego fuerte porque me gusta que el pescado quede ligeramente crudo, lo justo para que se puedan separar las láminas de carne de la espina principal, pero hay que tener mucha mano.
La otra alternativa, que no es menos fácil, es usar temperaturas moderadas y dejarlos más tiempo sobre el primer lado. Retenemos en la cabeza el tiempo usado y, cuando le damos la vuelta, comprobamos si se desprende la carne. A partir de ahí, obramos en consecuencia.
Otro truco para piezas grandes es poner un papel de aluminio sobre el animal. De esta forma, mientras se está cociendo el lomo que toca la plancha, el resto también coge calor y así es más fácil que llegue al interior y no quede reseco por el exterior y cruda la espina. De todas formas y salvo que tengamos un salmonete tiburón, aunque cada pieza pese medio kilo, que ya está bien, con siete u ocho minutos de cada lado, ya los tendremos completamente cocidos.
Como ven, los de la foto están tostaditos, pero era con la plancha muy fuerte y apenas estuvieron cuatro minutos por cada cara. 

 El salmonete tiene un sabor muy bravo, tanto que soporta vinos de alto voltaje, como los grandes albariños. No obstante, como a mí me gustan tanto y disfruto buscando sus sabores más sutiles y profundos, aconsejo que no escojan vinos demasiado perfumados, incluso mejor los secos de tierra adentro, como el Placet, un Rioja del que no se pueden esperar que la uva Viura dé esos registros.

Escrito por el (actualizado: 14/09/2015)